Cuando se habla de Panamá es inevitable no pensar en su música. Su gente lleva el ritmo en la sangre y sus calles también. Y es que su ubicación geográfica lo hace más interesante aún: los panameños tienen un sincretismo musical muy rico, que mezcla tradiciones ibéricas, indígenas americanas, un toque de África, aderezado también con influencias de distintos puntos del Caribe, que dieron como resultado la identidad musical del país.