"Inaudito", "bochornoso" o "una vez más el 'maestro' retratándose", han sido algunos de los cientos de mensajes que se han podido leer este lunes en las redes sociales ante la entrevista de Ana Rosa a Ortega Cano en su regreso a la televisión.
La productora de 'la reina de las mañanas' volvía a hacer caso omiso a sus compañeros de cadena y alimentaban la guerra contra La Fábrica de la Tele concediendo un amplio espacio al diestro durante el esperado regreso de la presentadora, sin querer entender que, una vez más, se les ha vuelto en contra.
De incoherencia en incoherencia: "Telecinco me está quitando la vida"
La incoherencia vuelve a ser palpable en uno de los personajes más polémicos que ha dado la prensa del corazón en las últimas décadas. Ortega Cano pertenece ya, por voluntad propia, a esa "familia mediática" a la que alude la hija de 'la más grande' en su docuserie, que tantas ampollas ha levantado a golpe de verdad.
El que fuera marido de Rocío Jurado acusó hace no tanto a Telecinco de estar quitándole la vida, de hecho, la cadena ha obviado también las agresiones verbales que en varias ocasiones ha proferido hacia sus propios reporteros, sentándole una vez más en uno de sus formatos, dando voz a mentiras demostradas y a un juego de separación que se ha estirado durante todo el periodo estival y que no solo irrita, sino que cansa a la audiencia sobremanera, como ha quedado demostrado en sus intentos por hacerse con el control de las tardes del fin de semana en los últimos meses.
El 'maestro' sorprendía a la propia Ana Rosa al comenzar a leer un escrito que llevaba en sus manos, quizás para no salirse del guion que la "familia mediática" ha establecido ante el inquebrantable discurso de 'En el nombre de Rocío'.
"Me preocupa su vida y las cosas que hace, me imagino que asesorada por su marido", ha proferido Ortega contra Rocío Carrasco, participando una vez más de ese intento por ensombrecer la figura de Fidel Albiac.
Pone a Ana Rosa en una situación muy difícil
"He venido a este programa de Ana Rosa porque le tengo una gran admiración como persona y como profesional. He seguido su convalecencia, he rezado por su recuperación y estoy feliz de que se encuentre en plenas condiciones para contar toda la verdad", lanzando un órdago a presentadora, programa y productora, para que apoye la versión de los "mediáticos" de la familia, pese a haberse demostrado sus continuas contradicciones y mentiras a lo largo de los años. Algo que no ha demostrado Rocío Carrasco, sino la extensa hemeroteca y sus múltiples apariciones en programas de televisión. Ellos mismos se han delatado.
"Esta es la verdad y la única verdad. En los últimos tiempos, Rocío Carrasco ha vertido sobre mi persona continuas infamias y descalificaciones, han retorcido la verdad hasta extremos inigualables y por ello esta conducta llena de vileza y odio solamente puedo tener una respuesta judicial, que sea la justicia la que ponga fin a tanta mentira", continuaba Ortega Cano, anunciando que ha dado instrucciones a sus abogados "para que actúen en consecuencia en el momento en que lo consideren oportuno".
"Un hombre de verdad" con "semen de fuerza"
"Rocío Jurado no se dejaba llevar por cualquiera y de cualquier forma, yo no era un mindundi, era un hombre de verdad y sigo siéndolo", asentía Ortega Cano sin ápice de vergüenza. "No se puede comprender lo que está haciendo y diciendo Rocío Carrasco, estoy convencido de que Rocío Jurado estará sufriendo y muy dolorida por la maldad con la que se está desenvolviendo".
No contento con estas palabras, elevó el tono al hablar de su supuesta crisis con Ana María Aldón: "Yo daría lo que fuera por continuar con mi mujer", dedicándole unas 'bonitas' palabras: "Mi semen todavía es de fuerza, vamos a por la niña".
Sin duda alguna, Mediaset España deberá de repensar su estrategia en los próximos meses ante los continuos despropósitos vividos en sus platós en los últimos tiempos, que no solo denostan una falta de interés porque prevalezca la verdad de una situación que se sigue dilatando en el tiempo, y que le ha costado no solo el liderazgo, sino algo mucho más importante y que puede que no vuelva a recuperar jamás visto su proceder: su credibilidad.
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