Esta cifra es el resultado de los últimos ajustes realizados por parte de las compañías aéreas, que son habituales en las semanas previas al inicio de la temporada. En estos datos no se ha incluido la programación de vuelos con Ucrania y Rusia, que representarían alrededor del 1% de los asientos programados.
En cuanto a los movimientos programados, éstos suponen algo más de 1,2 millones de operaciones comerciales, un descenso del 1,3% con respeto a la temporada de verano de 2019.
Los aeropuertos desde los que más asientos se ofertan son Adolfo Suárez Madrid-Barajas, con más de 42,6 millones (95% de recuperación) y Josep Tarradellas Barcelona-El Prat, con más de 36,2 millones (90% de recuperación) en comparación con 2019.
Los aeropuertos canarios registran el mayor incremento frente a 2019, con una mejora del 9% en plazas programadas por las aerolíneas, 31,5 millones de asientos. A la cabeza, Gran Canaria, con 8,5 millones, un 3% más; seguido de Tenerife Sur, con 7,3 millones, un 12% más; y César Manrique Lanzarote, con 5,6 millones, un 15% más. También destaca el crecimiento previsto en los aeropuertos de Baleares: el Aeropuerto de Palma de Mallorca, con un aumento del 11% de los asientos programados (31,2 millones); Ibiza, con un 11% (9,3 millones); y Menorca, con un 40% (5,1 millones de plazas).
Por zonas geográficas, en el mercado doméstico, la oferta de asientos se incrementa un 7%, con 69,3 millones de plazas con destino entre aeropuertos españoles, mientras que, en el mercado internacional, la programación de plazas baja un 1%, con más de 146,4 millones.
Después de España, los países donde las compañías aéreas han ofertado un mayor número de asientos para la temporada de verano 2022 son Reino Unido, con 35 millones (-3%); Alemania, con 21,6 millones (-6%); e Italia, con 13 millones de asientos ofertados (+5%).
Los datos generales para esta temporada de verano 2022 son positivos, pero el grado de incertidumbre sigue siendo elevado debido a factores como la evolución de la pandemia, el conflicto de Ucrania o la subida del precio del combustible. La programación de asientos y movimientos está siempre sujeta a cambios por parte de las aerolíneas.