Son muchas personas mayores de 65 años en España las que deciden continuar trabajando. De hecho, parece que nuestro futuro más inmediato pasa por la jubilación a los 67 años de edad, dependiendo del sector al que se dedique cada persona.
Este periodo no es sino una etapa más en la vida de las personas. Pero no tiene que significar el camino hacia el final como nos han hecho ver hasta ahora, sino todo lo contrario. Después de décadas de incansable trabajo, llega ese momento en el que cada persona puede aprovechar su tiempo para descansar y para dedicarlo a todo aquello que el ajetreo laboral le ha impedido en su anterior ciclo.
En este sentido, podemos vislumbrar varios tipos de jubilación: la activa es la que mayor fuerza está cobrando en los últimos años, ya que las personas mayores de 65 años se sienten con la capacidad suficiente como para seguir emprendiendo proyectos o trabajando, e incluso pueden seguir cobrando la pensión, siempre que su retribución no supere la cantidad fijada por el Estado en cuanto al Salario Mínimo Interprofesional (SMI).
Frente a la jubilación activa, existe la parcial, que es aquella a la que pueden acceder las personas mayores de 60 años que hayan acordado con su empresa un trabajo por horas, que se puede complementar además con una prestación reducida.
Por otro lado, tenemos la jubilación flexible, es decir, la de aquellos pensionistas que quieren volver a la actividad laboral de manera parcial, y gracias a la cual pueden obtener tanto el sueldo habitual como una prestación establecida en proporción a su salario.
Más allá de la pensión
Cada vez son más las personas preocupadas por un sistema de pensiones incierto. Pese a que el Gobierno español ha asegurado en reiteradas ocasiones que los trabajadores jubilados no tendrán que enfrentarse a ningún temido ‘tijeretazo’ en sus prestaciones, la inquietud sigue ahí.
La situación del sistema actual de pensiones puede no ser la misma dentro de diez o veinte años, provocándose una saturación del mismo, como pronostican los más agoreros. Es por ello que ha crecido sustancialmente el interés por los planes de pensiones o de patrimonialización, así como otro tipo de inversiones en productos o seguros financieros que les sirva de ‘colchón’, por si acaso en el futuro las cosas se truncan y volvemos a sufrir alguna crisis como las vividas en los últimos 12 años: la primera del siglo, la de 2008, o la última originada por la pandemia global del Covid-19 cuando aún no nos habíamos repuesto apenas de la anterior, y que ha costado en España la destrucción de más de 350.000 empleos y un total de 750.000 personas de más engrosando las ya abultadas listas de desempleo de nuestro país.
Sea una u otra tu decisión, tanto a nivel de ahorro como de jubilación, no debes de olvidar una cosa: estás en el comienzo de una nueva etapa, probablemente más larga que la anterior, y no tienes que hacer otra cosa que disfrutarla con toda la salud posible y con la seguridad que te dan las buenas decisiones adoptadas hasta ahora.
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