La generación de Nativos Digitales (nacidos después del 2000) es más miope en graduación y desde más jóvenes. Muchos podrán tener problemas en el futuro. Una causa fundamental es el nuevo estilo de vida sedentario: 7 de cada 10 jóvenes está menos de una hora al día realizando actividades en el exterior y la mitad utiliza su móvil entre 4 y 8 horas al día. Menos de la mitad de ellos utilizan gafas de sol.
La asociación de utilidad pública Visión y Vida ha presentado en la Asociación de la Prensa de Madrid el primer estudio de campo que analiza cómo la miopía afecta a los jóvenes de España, bajo el título “Prevalencia de la miopía entre los jóvenes en España, 2018”. El informe comprende una muestra de más de 6.000 personas nacidas entre 1990 y 2005, dividida en dos grupos, para encontrar diferencias entre la generación de universitarios (18-27 años) y la de nativos digitales (2000-2005).
Este informe está considerado como “una primera aproximación al tema, dado que es necesario realizar estudios de mayor calado; pero para nuestra asociación es fundamental el cuidado de la visión infantil y, por ello, hemos puesto en marcha esta iniciativa. Con estos datos sabemos el punto en el que nos encontramos y tenemos ya una base para seguir trabajando”, explica Salvador Alsina, Presidente de la asociación de utilidad pública Visión y Vida.
“La miopía está considerada como una “pandemia europea” y, sin embargo, no se sabía con exactitud cómo afectaba a nuestros jóvenes y si su prevalencia va en aumento. Por ello hemos querido hacer este primer estudio que nos ayudará a medir la magnitud de esta amenaza y, sobre todo, contar con una base para informar, educar y animar a las autoridades sanitarias a tomar cartas en el asunto, como ya está ocurriendo en Asia”, explica Alsina.
“Creemos necesario implicar a nuestras autoridades sanitarias en este tema, dado que estamos previendo que en un futuro próximo contaremos con unas generaciones cuya esperanza de vida sea la más larga de la historia, pero con una calidad de vida muy pobre que, además, generará un alto coste social. Falta conocimiento sobre la pandemia de la miopía y es necesario que se trate de manera preventiva uno de los mayores problemas que enfrentan las sociedades digitales en las que ahora vivimos”, explicó, “además, según el Brien Holden Vision Institute, si lográsemos reducir la progresión de la miopía a la mitad en todos los pacientes, evitaríamos que el 90% de los actuales miopes llegase a niveles de riesgo”, concluyó Alsina en su apertura del acto.
Análisis de la muestra estudiada
Este estudio indica que las tasas de miopía en España están alcanzando unos límites preocupantes, ya que 6 de cada 10 jóvenes (62,5%) universitarios (de entre 17 y 27 años) son miopes. Además, esta tasa es mayor entre las mujeres (65,4%) que entre los hombres (54,7%). Solo uno de cada cuatro (25,25%) disfruta de una buena visión.
Al 64,6% de la muestra se le detectó la miopía entre los 8 y los 15 años, siendo muy destacable que el 80% de los jóvenes fueron ellos mismos quienes se dieron cuenta de la existencia de un problema visual, ya sea por problemas al ver la pizarra o los carteles en las calles, haciendo ver que a día de hoy siguen fallando los sistemas de detección precoz; a pesar de que en un 79,8% de los casos existían antecedentes familiares de miopía, lo que habría exigido una monitorización intensa de la salud visual del menor desde los primeros años de vida.
Además, un 14,4% de los hombres y un 5,6% de las mujeres nunca se han sometido a un examen visual. El cuidado y conocimiento de la salud visual es mayor y mejor entre las mujeres que los hombres.
Los hábitos de vida actuales entre los jóvenes
Este informe muestra cómo los hábitos de vida de los jóvenes han cambiado, destacando ahora un estilo de vida más sedentario en el que las pantallas tienen gran importancia. Esto puede estar teniendo una incidencia directa en el desarrollo de su miopía.
En la generación de universitarios (hasta 27 años), cerca la mitad de los jóvenes (45,6%) ha tenido su primer móvil entre los 6 y los 12 años. Es decir, en Primaria. Año tras año esta edad se va reduciendo, llegando así hasta los Nativos Digitales. Además, la mitad lo utilizan entre 4 y 8 horas al día, uso mucho más intensivo por parte de las mujeres que de los hombres (el 59% lo usa más de 4 horas al día).
Este uso intensivo de los móviles se une a otros usos de la visión próxima, como el ordenador, usado por la mitad de los jóvenes entre 2 y 4 horas al día y la lectura o el estudio en papel, para lo que dedican entre 1 y 4 horas al día.
Así, vemos que los jóvenes de hoy en día (66,5% de mujeres y 74,6% de hombres) dedican menos de 7 horas a la semana a disfrutar del aire libre. Además, prácticamente la mitad de las mujeres jóvenes (46,2%) y el 33,7% de los hombres no dedican ni siquiera una hora al día a practicar algún deporte de exterior. Estos estilos de vida están dañando su salud visual y, en mayor medida, está afectando a las mujeres, cuyas tasas de miopía son mayores.
La prevalencia de la miopía entre los jóvenes universitarios
Durante los cinco años comprendidos en el estudio (2012-2017), el promedio de incremento es de -0,88 dioptrías, pasando de -1,94dpt. en el ojo derecho y -1,93dpt. en el ojo izquierdo en el año 2012 a -2,82dpt. en el ojo derecho y -2,81dpt. en el ojo izquierdo en el año 2017.
A casi 2 de cada 10 (13,6%) le ha aumentado su miopía a razón de -0,5 dioptrías por año, resultando un total de entre -2,00 y -2,75dpt. A uno de cada tres le ha aumentado entre -1,00dpt. y -1,75 dioptrías.
Hay que destacar que este incremento de miopía es muy importante, dado que, a estas edades, el problema visual suele estar más estabilizado.
La prevalencia de la miopía entre los Nativos Digitales
Durante los cinco años comprendidos en el estudio (2012-2017), el promedio de incremento es de -1,75 dioptrías, pasando de -1,63dpt. en el ojo derecho y -1,66dpt. en el ojo izquierdo en el año 2012 a -3,38dpt. en el ojo derecho e izquierdo en el año 2017.
Durante los cinco años comprendidos en el estudio (2012-2017), a más de uno de cada diez de los nacidos digitales les ha aumentado la miopía entre -3,00 y -3,75 dioptrías, lo que significa un incremento aproximado de -0,75 dioptrías anuales.
Un 28,2% (casi 3 de cada 10) ha visto aumentar su miopía en el ojo derecho y un 27,1% en el izquierdo entre -2,00 y -2,75 dioptrías. Es decir, -0,50 dioptrías al año.
El grueso de la muestra sería aquel al que la miopía le ha aumentado entre -1,00 y -1,75 dioptrías; representando un 36% del total.
Comparativa evolución de la miopía entre ambas generaciones
En este informe se observa que las nuevas generaciones presentan desde edades más tempranas (7-12 años) una mayor graduación –0,5dpt. más- que una generación atrás se tenía en la universidad. Además, el incremento de graduación entre los más jóvenes es, en promedio, mayor que el de la generación anterior (el doble, de -0,88 a -1,75dpt.), a pesar de que aún no han llegado a la edad analizada en la muestra de universitarios y que aún viven su plena etapa de desarrollo. Estos datos indican que, en su etapa universitaria, tendrán una miopía mucho más que la generación anterior.
Asimismo, en el caso de la generación de Nativos Digitales se prevé que, si estas miopías siguen desarrollándose sin un control, en muchos casos llegarán a niveles de riesgo, siendo potenciales causas de patologías en la etapa adulta (más de 6 dioptrías).
La Dra. Mercè Morral, oftalmóloga especializada en córnea y cirugía refractiva del IMO (Instituto de Microcirugía Ocular), destacó que “muy pocas personas son conscientes de los riesgos asociados a la alta miopía o miopía magna, que es aquella de más de 6 dioptrías”, haciendo hincapié en que “el 40% de los miopes de más de 8 dioptrías corre el riesgo de sufrir patologías en la zona central de su retina, lo que conduce a la pérdida de visión. Por ejemplo, entre el 60 y 70% de los pacientes con desprendimiento de retina son miopes o el 20% de los casos de cataratas en edades más jóvenes derivan de una alta miopía. Así, la ceguera se estima que afecta al 10% de personas con más de 15 dioptrías”, concluyó.
Así, este estudio trata de concienciar en la necesidad de controlar el incremento de la miopía entre los jóvenes para evitar que en el futuro existan más casos de baja visión en España (que ahora afecta a más de un millón de personas). Así, Joan Pérez Corral, Vicepresidente de la Academia Europea de Ortoqueratología y profesor de Grado de Óptica en la Facultad de Terrassa (UPC), explicó en el acto cómo las lentes de Orto-k u ortoqueratología consiguen, gracias a la forma en la que enfocan la luz en la retina, frenar el crecimiento de la miopía hasta en un promedio del 41%. Es decir, evitando que el crecimiento axial del ojo se incremente en ese 41% y, con él, se multipliquen las posibilidades de sufrir patologías en la etapa adulta. “Las lentes Orto-k permiten que el niño use unas lentillas especiales durante la noche y disfrute de buena visión durante todo el día. Además, su miopía irá disminuyendo noche a noche y su salud ocular estará monitorizada”, explicó Pérez Corral.
Analizando el resto de soluciones disponibles para controlar esta pandemia, el Dr. César Villa, Fellow de la Academia Americana y Europea de Optometría y catedrático en la UEM, explicó cómo las lentes de contacto blandas para el control de la miopía también dan resultados satisfactorios. “El uso de estas lentes es ideal para aquellos miopes menores de 10 años, porque sabemos que son los casos en los que habrá una fuerte evolución, por lo que es importante mantener su miopía por debajo de las 5 dioptrías. Si no, por ejemplo, un paciente con más de 7 dioptrías multiplicará por 44,2 las posibilidades de sufrir un desprendimiento de retina y por 126,6 las de maculopatía miópica. Con estas lentes podemos controlar su incremento, de media, hasta en un 49%”, explicó Villa.
Asimismo, en el mercado existe la posibilidad de someterse a un tratamiento de terapia visual para controlar el desarrollo de la miopía y lograr la máxima eficiencia del sistema visual. Así, Olga Esteban, directora de Confort Visión y ex Vicepresidenta de SIODEC –Sociedad Internacional de Optometría y Desarrollo del Comportamiento- explicó que “la terapia visual normaliza todas las funciones visuales que afectan a las dificultades de aprendizaje en el caso de los niños. Esto, junto con unas normas de higiene visual y las compensaciones ópticas idóneas, ayuda a que las personas miopes normalicen deficiencias que suelen tener, como la oculomotricidad o las vengencias, lo que le ayudará a impedir que su ojo se siga deformando”. “Las estadísticas muestran que un paciente miope que concluye su tratamiento, si su miopía tenía evolución rápida, se frena; y si era lenta, se logra detener”, concluye Esteban.
Además, el estudio contempla las operaciones de cirugía refractiva como una de las soluciones existentes en el mercado –y las más conocida entre los jóvenes- para la corrección de la graduación del miope. Sin embargo, Visión y Vida destaca que la cirugía refractiva operación no controla o protege al ojo miope de las lesiones que podrá padecer por su problema visual, ya que este ojo es más largo de lo normal y la retina y otras estructuras están tensionadas. La Dra. Mercè Morral también explicó que “la cirugía aconsejada para miopes de altas graduaciones (6-8 dioptrías) sería la lente fáquica, dado que es la que aporta mayor calidad visual, incluso en visión nocturna. Aunque la cirugía no aumenta el riesgo de desprendimiento de retina, uno de los principales problemas que enfrentan los miopes, no cambia la estructura del ojo y, por ello, el paciente debe seguir teniendo muchas precauciones. Aunque la cirugía refractiva es muy segura, no está exenta de riesgos y es imprescindible realizar un buen análisis del paciente para determinar su idoneidad”.
Finalmente, la Dra. Mercedes Aguirre, directora de I+D en Nua Biological Innovations, explicó por videoconferencia cómo debe darse al paciente miope unas pautas de alimentación que le ayude a cuidar su salud ocular. “La seguridad e integridad de su salud ocular se pueden ver comprometidas por un exceso de azúcar, como ocurre en el caso de los diabéticos, una alimentación muy grasa, que puede impedir la circulación normal de la sangre por los vasos sanguíneos del ojo, o un aporte insuficiente de vitaminas, que puede dañar las estructuras del ojo”, explicó. Así, desgranó durante el acto los diferentes alimentos y complejos vitamínicos positivos para la retina.
Por su parte, Carol Camino, Vicepresidenta de la SEEBV –Sociedad Española de Baja Visión- y especialista del IMO en esta área, explicó lo que se puede hacer con un paciente de baja visión procedente de una miopía magna que, en su momento, no controló el desarrollo de su miopía y ha llegado a su consulta. “Los pacientes que llegan a baja visión –aquellos que con la mayor corrección óptica no logran una agudeza de 0,4 con ambos ojos y un campo visual inferior a 20°- derivados de una miopía magna suelen padecer escotomas (cicatrices en la retina debido a la forma tan alargada de su ojo, que termina rompiéndose), desprendimiento de retina (que ocurre con más frecuencia a partir de los 40 años) y glaucoma (que es asintomático hasta que se ha perdido un 40% de visión y es irrecuperable)”. “Es muy importante que se sepa que a un paciente de baja visión jamás se le podrá ofrecer más visión, lo que se podrá es trabajar con él para que logre aprovechar su resto visual y lo sepa utilizar, por medio de equipamientos como lupas, filtros, telescopios, microscopios, etc.”, destacó Camino.
Para cerrar el acto, Elisenda Ibáñez, diplomada en Óptica y Optometría y Coordinadora de Visión y Vida, fue la responsable de enviar una serie de recomendaciones a la sociedad “para poder hacer frente a esta amenaza de salud pública que puede conllevar un alto coste social cuando estos jóvenes lleguen a su etapa adulta”, explicó. Por ello, “es imprescindible que los profesionales incrementen la pedagogía relativa a las soluciones existentes en el mercado, ya que hemos visto que el 48,1% de los jóvenes sabe qué es la cirugía refractiva, que no cambia la estructura del ojo miope, pero el 63% no sabe en qué consiste la ortoqueratología, que es uno de los sistemas de control miópico más importante. Además, menos de la mitad de los jóvenes (48,6%) usan gafas de sol, por ejemplo, cuando todos sabemos la importancia de la protección UV para evitar daños en la retina”, explicó. “En el caso de las familias, es importante que, si existen antecedentes familiares, se revise periódicamente y se le abastezca con equipos optométricos que permitan relajar su visión y ralentizar el desarrollo de la miopía. Todo el mundo debe saber que un menor al que se le detecta la miopía con menos de 8 años puede alcanzar niveles de riesgo, por lo que hay que conocer las soluciones existentes y tomar medidas”, continuó. “Respecto a los jóvenes, dado que no podemos vivir sin pantallas, sí que podemos enseñarles a cuidar su visión, por medio de la actividad en el exterior (2 horas al día), el descanso y la higiene visual ante las pantallas y, sobre todo, acudiendo al profesional siempre que se detecta algún síntoma extraño. En la muestra, la mitad de los jóvenes padecía ojo rojo, visión doble, dolor de cabeza, etc. y ninguno le estaba poniendo solución”, concluye.