Pese a los rumores, lo que quedaba por confirmar en la presentación del nuevo iPhone de Apple era el precio: en España costará 1.159 euros el modelo con 64 gigas de memoria y 1.329 euros el modelo con 256 gigas. Sí, no habrá iPhone X de 128 gigas, como en otras ocasiones.
A excepción de la mejora en la tecnología de lectura de rostros, con la que Apple ha sorprendido, además de por su excesivo precio, el nuevo iPhone no trae consigo grandes novedades, sino pequeños detalles.
La pantalla del iPhone X y la del iPhone 8 son la más resistentes que se haya usado jamás en ningún otro terminal, dice Apple, declarando la guerra al ya clásico protector de cristal.
Si habamos de la calidad de la imagen podemos decir que en ambos modelos parece espectacular, pero ya hemos visto en los últimos meses pantallas AMOLED con una resolución similar.
Otro punto a tener en cuenta es la estabilización óptica en los dos objetivos de su cámara dual, siguiendo así los pasos del Samsung Galaxy Note 8. También ha equipado un sensor de 12 megapíxeles y ha introducido en los iPhone 8 y X una tecnología que imita los flash de tipo xenon de las cámaras tradicionales.
Con un diseño atractivo, no deja de recordarnos a otros terminales, como por ejemplo el Mi Mix de Xiaomi. El iPhone X cuenta con el mismo procesador que incorporan las dos versiones del iPhone 8, de las que se diferencia también en que soporta multitarea.
¿El resto? Pequeños detalles, como el nuevo modo retrato incorporado en iOS 11 para el modelo 8 y X, que para algunos fanáticos de la marca no parece suficiente como para justificar su alto precio.
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