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La evolución de las bodas

Por Virginia González
miércoles 19 de abril de 2017, 17:43h

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De los 70 hasta la actualidad a través de los vestidos, la decoración, las flores, las alianzas y el catering

La evolución de las bodas de los años 70 hasta la actualidad. Para ello ha recogido más de 10 vestidos de novia de diferentes épocas hasta una pequeña muestra de la nueva colección que presentará en la 27ª edición de la Bridal Week que se celebrará el próximo abril en Barcelona.

Las ceremonias han ido evolucionando, hasta tal punto de tener actualmente un gran abanico de posibilidades. Hemos pasado de una boda tradicional, una ceremonia por la iglesia con un protocolo y unas normas, a una boda totalmente personalizada al gusto de los protagonistas. Y todo ello se ha visto reflejado en las flores, el catering, las alianzas y en el vestido de la novia.

Vestidos de novia

La moda marca tendencia y esa tendencia también la siguen los vestidos de novia. El tejido empleado, el escote, el velo, la cola… se han ido adaptando a los gustos de las novias de cada época.

“Desde los 70 hasta ahora el cambio es radical, pero, en definitiva, se trata de un traje de novia con ciertas características y protocolos siempre iguales: cola, largo, marfil… Efectivamente los miles de tonos que existen de color marfil cambian de una a otra época, también los patrones, vitales para definir la silueta”, explica Ivonne, diseñadora de Raimon Bundó.

Años 70

En los 70 surgió el movimiento hippie, algodones con puntillas, culto a la pamela, muchos adornos florales. Poco volumen en las faldas, vestidos de corte entero, pocas colas. Trajes cómodos y llevables, hasta incluso pantalones acampanados.

Años 80

Esta época se caracterizó por la sobrecarga de adornos e incluso de tejido en los vestidos. Las mangas jamón hicieron furor en todo su esplendor. Faldas voluminosas y fruncidas cargadas de
tejido, colas interminables, bordados de pedrería y muchos lazos.

Años 90

Se vuelve a la “normalidad”. Trajes de corte clásico, volúmenes contenidos, sin estridencias, trajes muy lisos de talle acinturado. Pocos bordados y retos encajes. Talles a cintura, muchos fajines drapeados para ensalzar la figura.

Siglo XXI

En el siglo XXI todo vale. La moda se aplica cada vez más al traje de novia, las novias quieren ir naturales y en muchas ocasiones no parecen prácticamente la novia. Fuera velos o al menos fuera de la cara. Las novias tienden a querer ir con trajes sencillos que sean muy cómodos y que nada ceñido les prive de la libertad de movimiento. Mucho tul de seda en las faldas y talles de todo tipo, desde imperio, cintura, a cadera… Escotes prominentes. Todo se lleva, desde un bonito y recargado bordado hasta un buen género liso que no necesita de abalorios para demostrar su categoría.

La firma Raimon Bundó ha aportado y sigue aportando muchísimo al mundo de los trajes de novia. Una marca emblemática y con un estilo muy concreto. Siempre fiel a su sello, un Bundó es fácilmente reconocible, el patronaje, los tejidos, la calidad y la forma de combinar todos estos elementos lo hacen único. La novia Bundó desprende elegancia y sencillez por los cuatro costados, sea cual sea el estilo de vestido o los abalorios con los que juguemos para enriquecerlo.

Decoración y ramos

La decoración nupcial empieza a cobrar importancia y a tener un papel relevante a partir de los años 90. Hasta esa década las bodas eran sencillas, el acto religioso era el protagonista y la decoración no tenía importancia. Se llevaba una decoración estándar, apagada y nada personalizada, todo era muy protocolario.

En los 90 empieza el cambio, empieza a primar la personalidad de la pareja. La celebración coge un tono más festivo y aparecen multitud de estilos: barroco, bohemio, clásico, pop… empieza la época del todo vale. Se tematizan las bodas y la decoración coge protagonismo, empieza a tener importancia el detalle, el color… y los novios personalizan la decoración.

Marta Vilar propietaria de Unconventional, empresa que se dedica a la realización de espacios creativos, nos comenta que en la decoración nupcial lo que nunca puede faltar es la flor, “la esencia natural tiene que estar”, ya sea una flor de papel, de gominola o natural. El color blanco también es fiel en la decoración nupcial, habrá otros colores pero el blanco tiene que estar.

En cuanto a los ramos de flores también ha habido una evolución:

Años 70

Los años 70 son una época liberal, la naturaleza es fuente de inspiración, se busca lo más natural. Son tendencia las flores silvestres, la lavanda, la margarita y el jazmín.

Años 80

Esta década se caracteriza por el exceso, lo recargado. Ramos en cascada, exuberantes. Son tendencia las flores importantes como las rosas, las gardenias y las camelias.

Años 90

Se vuelve a lo clásico, es tendencia lo simple, elegante y refinado. Se lleva el bouquet, las rosas pequeñas, los tulipanes y la cala.

Siglo XXI

La época del todo vale, las novias buscan la personalización y la originalidad. “Las novias piden peonías, hortensias, crasas. Se lleva el tema retro, vintage. También está de moda la flor preservada, una flor en estado entre natural y seca, se conserva para toda la vida, la flor tiene una apariencia natural y el ramo perdura para toda la vida” afirma Marta Vilar.

Joyas nupciales

Las alianzas y los solitarios, aun siendo piezas que no han sufrido cambios radicales, han evolucionado a lo largo de las últimas décadas, informa la joyería Unión Suiza. En los años 70, la medida de las alianzas es la llamada media caña, el formato standard del aro con sus cantos redondeados, y el metal, el oro amarillo.

Así continuaría en los 80, hasta llegar a la mitad de la década de los 90 cuando empieza a introducirse el oro blanco. En la primera mitad de la década del 2000 la gente busca nuevas formas, líneas rectas, singulares, más ligadas a la tendencia, como las combinaciones de oro rosa y blanco. A partir de 2014, se vuelve paulatinamente a lo que entendemos como clásico: al formato de media caña nuevamente y al oro amarillo.

En lo referente a los solitarios, la talla brillante de diamante sigue siendo la más demandada, aunque ocasionalmente podemos encontrar otras tallas, como la llamada talla princesa. Originariamente era la familia del novio quien regalaba el anillo de compromiso o solitario a la novia durante las celebraciones de pedida de mano (la familia de la novia, por su parte, regalaba un reloj al novio). Con los años, ese regalo empezó a intercambiarse entre los propios novios. En ocasiones, los pendientes de perlas o de perlas con diamantes (los llamados Tú y Yo), sustituyen al solitario.

Catering

Esta evolución también hace referencia al catering. Donde 50 años atrás veíamos bodas encorsetadas y elementos convencionales, ahora encontramos elementos únicos y personalizados. Cada boda es distinta y diseñada al gusto de cada pareja.

Desde el restaurante y pastelería Farga Barcelona nos aseguran que el tipo de celebración también tiene mucho que ver. Lo que antes eran meriendas simbólicas ahora se han convertido en banquetes tipo cocktail o buffet, e incluso se recurre al catering de boda.

La diferencia más destacada la encontramos en las cantidades, cuando años atrás lo más habitual era servir copiosos platos que terminaban con la tarta nupcial. Aunque la estructura del menú se mantiene, la evolución gastronómica ha llevado a un significativo cambio con comidas de vanguardia y platos sutiles y ligeros.

En la actualidad, lo más común es ofrecer un aperitivo que se hace de pie, para que los invitados puedan relacionarse y pasar un rato distendido y agradable. Ya en la mesa, los platos que se sirven se caracterizan por su calidad pero también sencillez, sin salsas que anulen el sabor del pescado o la carne. Y otra tradición que ha cambiado es la tarta nupcial, pues en la
mayoría de ocasiones se sustituye por otros dulces postres.

Uno de los momentos más importantes de una boda es el brindis, la firma Dantani Drinks ofrece: Xade, la única combinación del mundo de cava D.O y oro puro, dos elementos únicos e insuperables. Xade se convierte así en la bebida más original y elegante. Ideal para brindar con los invitados o para hacer un regalo de lo más exclusivo.

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