Todos los relojes de los países miembros de la Unión Europea deberán adelantarse una hora, a las 2.00 h. de la madrugada del sábado 26 al domingo 27 de marzo de 2016
Esta medida se remonta a los tiempos de Benjamin Franklin, cuando en 1784 vieron que las personas quemaban más velas por la noche y dormían hasta después del amanecer, por lo que estableció un “Proyecto Económico para disminuir el costo de la Luz”. No obstante, Franklin nunca vio en acción su plan o alguna iniciativa similar.
El cambio horario se implementó para ahorrar combustible durante la Primera Guerra Mundial, en 1916. Para 1966, el entonces presidente Lyndon Johnson firmó la ley que avaló esta medida.
El cambio de hora oficialmente en todos los relojes de los países miembros de la Unión Europea deberán adelantarse una hora, a las 2.00 h. de la madrugada del sábado 26 al domingo 27 de marzo de 2016.
1905 William Willett constructor inglés se sorprendió pensando cuántos londinenses dormían durante la mejor parte de un día de verano. A raíz de la 1ª guerra mundial y con el propósito de ahorrar combustible, el kaiser Guillermo II de Alemania decretó el inicio del cambio de hora el 30 de abril de 1916, que también se aplicó a sus aliados y las zonas ocupadas, siendo los primeros países europeos en emplear el horario de verano. Varios países beligerantes y neutrales de Europa les siguieron. Estados Unidos al igual que España no lo hicieron hasta 1918. Durante muchos años no existió una regulación conjunta acerca del cambio horario, y cada país fue adoptándolo o no de acuerdo a sus intereses. Así, por ejemplo en España no se produjo dicho cambio horario entre los años 1950 y 1973.
Es por tanto una medida que tiene como fin el ahorro energético, y a tenor de los datos que proporciona el IDAE (Intituto para la diversificación y el ahorro energético) parece que los resultados son concluyentes: en nuestro país, el ahorro en iluminación en el sector doméstico por el cambio de hora durante los meses que tiene efecto; es decir, desde final de marzo hasta final de octubre, puede representar un 5%. Si el consumo medio de una familia española es de 3.200 kWh., el ahorro sería de más de 6 € por hogar y más de 60 millones de euros para el conjunto de ellos. A ello habría que sumar, procedente del sector de comercio y servicios, un ahorro del 3% (más de 6 millones de €) en concepto de reducción de consumo de aire acondicionado. En global se calcula que el ahorro energético en nuestro país se sitúa en torno a los 300 millones de €, con el consiguiente descenso en emisiones a la atmósfera.