Parece ser que Disney nos ha tenido un tanto engañados con varias de las historias de sus princesitas. El pasado día 12 se celebró el 388º aniversario del nacimiento de Charles Perrault, escritor francés y uno de los creadores de las historias con las que Disney nos hizo crecer rodeados de magia y fantasía.
Todos conocemos la historia de cenicienta que Disney nos ha mostrado a todos y que sacaron de la historia de Perrault. Parece que esta historia es la que más se adecuaba a la época, ya que hay otra más conocida que proviene de los hermanos Grimm en la cual, cuando las hermanastras van a probarse el zapato, en este caso de oro, al no valerle, la madre les ordena a una que se corte los dedos del pie y a la otra que se corte el talón.
Pero lo macabro no queda ahí, sino que al final, en la boda, unas palomas picotean los ojos a las hermanastras por su engaño.
También pasa con la Bella Durmiente, ya que Disney solo nos deja en la bonita boda, pero Perrault sigue con una historia en la que describe cómo bella tiene dos hijos y el príncipe asustado vuelve a su palacio solo.
Una vez que se hace rey, se lleva a Bella y a los niños, cosa que a su madre no le hace mucha gracia, por lo que en una de las ausencias del rey la madre ordena que los niños sean cocinados para comérselos, pero el rey llega a tiempo para detenerla y es la madre la que acaba en el caldero.
Hay otra historia algo peor de Basile en la que la que duerme se llama Talia, hija de un gran señor. Cuando esta cae bajo ese sueño sobrenatural, el rey que andaba de cacería por ahí se la encuentra en su casa y, embelesado por su belleza, digamos que la fuerza estando aún dormida y la deja embarazada.
Sorprendentemente da a luz mientras sigue en el sueño y despierta cuando lo niños al chuparle el dedo le quitan la astilla clavada, al tiempo que la reina se entera de todo y quiere matar a los niños, igual que en el cuento de Perrault. Talia quería quemarla en la hoguera, pero el rey lo impide y manda a la hoguera a la reina.
También tenemos a la pobre Caperucita Roja, la cual en el cuento de Perrault no tiene un gran final, ya que acaba en "¡Abuelita, qué dientes más grandes tienes! Son para comerte”. Y diciendo estas palabras, el malvado lobo se arroja sobre Caperucita y se la come. Fueron los hermanos Grimm quienes añadieron al leñador para sacar a Caperucita y a la abuela del estómago del lobo.
Como ves, no todo es como nos lo han mostrado siempre. Muchas veces hay que indagar un poco y ver qué hay realmente detrás. Por ello, no todas las princesitas Disney tenían grandes finales.
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