La llegada de la democracia, a partir del año 76 del siglo pasado, parece que vino acompañada de un sistema de corrupción que a fecha de hoy ha anegado al bipartidismo. PSOE y PP están todos los días viendo cómo la Guardia Civil, por indicación judicial, detiene a miembros destacados para tomarles declaración.
Como he venido contando muchísimas veces, tras la llegada de los socialistas al poder, en el año 82, se estableció un sistema de sobornos que salpicaba, en principio, al partido de la calle Ferraz. Los que tenemos memoria recordamos como Fali Delgado, hombre de confianza del clan del vicepresidente Alfonso Guerra, llegaba a la sede del partido acompañando al empresario de turno portando el maletín, la bolsa, con cientos de miles de pesetas, millones, para que se le adjudicara, o se le concediera permiso de construcción. En aquellos años no se ponía un ladrillo sin el correspondiente soborno.
El conocido gerente de una famosa cadena hotelera, Miguel Rifá, en una reunión de la asociación empresarial, me dijo, textualmente: "Estamos encantados con estos chicos del PSOE. Ahora sabemos cuánto hay que pagar y a quien. Por fin han tarifado la corrupción". Sin comentarios.
Ahora, 34 años después de aquella confesión, hemos visto de todo... Eres en Andalucía, Gurtel y demás en el PP, contratos inflados y comisiones millonarias recientemente descubiertos en el gobierno socialista de Aragón... Y en estos momentos apoyar al PP para que revaliden el gobierno parece como impropio. Tampoco parece decente darle el gobierno a un Pedro Sánchez, cuyo partido tiene muchos cadáveres en el armario.
Pero ya sabemos que todo estaba previsto y por ello quienes manejan los hilos hace años que iniciaron el recambio de los dos partidos hegemónicos. Por parte del centro derecha está muy claro que la operación Ciudadanos parece haber tenido éxito. Por la izquierda, los servicios secretos cooperaron. También desde la vicepresidencia se ayudó al movimiento de Podemos para que se merendaran a los socialistas. Los últimos resultados socialistas no han podido ser peores, y aún así su secretario general no se rinde y si el tiempo lo permite, gobernará en coalición con los chicos de Pablo Iglesias y la abstención de partidos regionales, a los que sólo Dios sabe qué les ha prometido.
Hay quien tiene pánico a que los chavistas, los de Podemos, se hagan con el poder. Si como comentaba el fino periodista Pablo Sebastián en el digital republica.com, hubieran llegado al Palacio de la Carrera de San Jerónimo trajeados, discretos, serios, tomando posesión de sus cargos con la dignidad del entorno, tendríamos que haber temblado porque tendríamos Podemos para muchos años. Pero aparecieron dando la nota, en plan circense y sólo para que sus payasadas fueran portadas de los telediarios... Será una legislatura divertida.
Está muy claro que PP y PSOE deben ser sustituidos. Ya cumplieron su misión y han demostrado que no se han resistido al enriquecimiento personal de sus dirigentes. Una pasada por la izquierda, un gobierno de Pablo Iglesias acompañado por Pedro Sánchez puede ser la vacuna que España necesita. Porque está claro que no se podrán realizar cambios en la Constitución ya que el Partido Popular mantiene la mayoría absoluta en el Senado. Pero a lo mejor no hay manera de obtener una mayoría suficiente y nos vemos de nuevo en las urnas.
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