Las redes sociales rusas se hacen eco de un sorprendente descubrimiento durante las obras en el subsuelo de la Gran Mezquita de Masjid al-Haram, en La Meca, que estaría directamente relacionado con Mahoma. Se asegura que el Gobierno saudí ha encontrado el “Arca de Gabriel”, un misterioso objeto que según la tradición musulmana el arcángel Gabriel entregó al profeta fundador del Islam.
Los imanes saudíes habrían solicitado ayuda a la Iglesia Ortodoxa rusa que conserva uno de los manuscritos islámicos más antiguos, titulado las “instrucciones de Gabriel a Mahoma”. Los servicios de inteligencia árabes no descartan que el presunto hallazgo forme parte de una operación de la inteligencia saudí para tender puentes con Rusia en un momento de máxima tensión entre ambos Estados.
El misterioso objeto habría sido encontrado el 12 de septiembre durante los polémicos trabajos de ampliación de la mezquita de Masjid al-Haram, la más importante de la ciudad de La Meca y el primer lugar santo del islam, que desde 2014 lleva a cabo el Gobierno saudí.
El primer emplazamiento de la mezquita data del año 638 y en el centro de la misma se encuentra la Kaaba o cubo, considerado por el Islam la “casa de Dios”.
En los últimos meses los trabajos de ampliación se han visto alterados por sendas catástrofes. El 18 de septiembre pasado 107 personas murieron y cerca de 300 resultaron heridas al desplomarse una gran grúa por un rayo en el interior de la Gran Mezquita durante un fuerte temporal de lluvia y viento.
Accidentada ampliación de la Gran Mezquita
Apenas una semana después, en la ciudad de Mina cercana a la Gran Mezquita, se produjo una estampida durante el “haj” o gran peregrinación anual en la que murieron aplastados 717 peregrinos y cerca de un millar resultaron heridos, según las cifras oficiales. Fue el mayor desastre de las peregrinaciones de los últimos 25 años.
Ambos accidentes han sido relacionados con el descubrimiento en un túnel excavado para cimentar el subsuelo de la mezquita, de un misterioso objeto que, sin fundamento científico que se conozca, fue identificado como el “Arca de Gabriel”.
La tradición musulmana señala que Gabriel, cuyo nombre en hebreo significa la “fuerza de Dios” o el “poder de Dios”, es uno de los tres arcángeles o mensajeros de Dios que reconocen las religiones cristiana, musulmana y judía.
El Islam considera a Gabriel el mensajero que reveló el Corán a Mahoma, de ahí su importancia en la tradición del mundo musulmán. Las redes sociales rusas se hicieron eco del presunto descubrimiento a raíz de informaciones que señalaban que los imanes saudíes habían solicitado a la Iglesia Ortodoxa rusa acceso a un antiguo manuscrito titulado “instrucciones de Gabriel a Mahoma”, que resultaría clave para descifrar el enigma del arca.
La Iglesia Ortodoxa rusa conservaría un antiguo manuscrito titulado “instrucciones de Gabriel a Mahoma”, clave para descifrar el enigma.
El incunable estaría custodiado por monjes ortodoxos rusos desde el año 1204, fecha en la que los ejércitos cristianos saquearon la iglesia de Santa Sofía en Constantinopla (hoy Estambul).
El enigma del “Arca de Gabriel” recorre estos días las redes sociales rusas y árabes con todo tipo de especulaciones. Diversos sitios web llegan a afirmar que el misterioso objeto ha sido embarcado en el puerto saudí de Jeddah a bordo del barco de investigación ruso “Almirante Vladimisky” que ha partido escoltado por buques de guerra con destino a una base en la Antártida.
La presunta “Arca de Gabriel” ha sorprendido a los servicios de inteligencia árabes en estos momentos de máxima tensión entre Moscú y Riad. El Kremlin no excluye un ataque aéreo contra objetivos selectivos en Arabia Saudí y Emirato de Qatar por financiar al terrorista Estado Islámico responsable del atentado contra el avión A321 en la península del Sinaí en el que murieron 224 ciudadanos rusos.
Acercar posiciones
El descubrimiento de un hipotético objeto sagrado en la Gran Mezquita formaría parte de una “PSYOP” u operación psicológica de la inteligencia saudí para acercar posiciones con las autoridades rusas, señalaron a MIL21 fuentes de inteligencia árabes.
Utilizar internet para enviar mensajes a los servicios de inteligencia de un país adversario a través de una historia “fabricada” y amplificada por las redes sociales con objeto de estudiar las reacción de la nación-objetivo, se ha convertido en una práctica cada vez más extendida dentro de las llamadas operaciones psicológicas.
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