Putin no descarta ampliar la actual intervención militar en Siria a Libia y Yemen con objeto de combatir el terrorismo yihadista, según desveló en una intervención pública en Moscú.
El presidente ruso, que ha arrebatado el protagonismo a Estados Unidos en la guerra global contra el Estado Islámico, aseguró que su prioridad es proteger, sobre todo en situaciones críticas, a los ciudadanos rusos allí donde se encuentren. Putin ha mantenido esta semana dos importantes reuniones con la cúpula militar.
En su intervención en el V Congreso Mundial de Compatriotas, celebrado en Moscú los días 5 y 6 de noviembre con motivo del 70 aniversario de la victoria sobre el nazismo, Vladimir Putin afirmó ante 400 representantes de las comunidades rusas en 97 países que “las personas que por diversas razones no se encuentran en Rusia pueden estar firmemente seguras de que vamos a proteger sus intereses, sobre todo en situaciones críticas como en Libia, Siria y Yemen”, según publica la web oficial del Kremlin.
La referencia a Libia y Yemen ha hecho saltar las alarmas de los principales gobiernos, especialmente en Washington, según indicaron a MIL21 fuentes diplomáticas europeas.
Esta es la advertencia más firme y concreta de Putin, que cuenta con el precedente de la intervención rusa en Siria e Irak. Si el presidente aprovecha un foro como el congreso mundial de rusos residentes en el extranjero para lanzar una “señal” tan explícita, indica que ya ha ordenado a sus generales que estudien los retos de abrir dos nuevos frentes militares en Libia y Yemen, aseguran las citadas fuentes.
Los buenos resultados militares obtenidos en Siria contra el Estado Islámico desde el inicio de la campaña aérea el 30 de septiembre, impulsarían a Putin a dar la batalla a los islamistas en varios frentes, una vez que Estados Unidos ha sido desbordado y el presidente Obama mantiene silencio.
En apenas seis semanas la maquinaria militar rusa ha conseguido lo que Estados Unidos y la coalición internacional no han hecho en año y medio. A día de hoy, y según confirmaron a MIL21 fuentes militares europeas, la situación en el campo de batalla es como sigue:
1 - El Estado Islámico y los diferentes grupos yihadistas han perdido la iniciativa y la impunidad de sus acciones.
2 - Certeros y continuos bombardeos han destruido sus principales centros de mando, depósitos de municiones, misiles y vehículos.
3 - Los terroristas se ven obligados a moverse de noche en medio de grandes medidas de seguridad.
4 - Se le está cortando su principal fuente de financiación: la venta de petróleo de los campos que aún controla el Estado Islámico.
5 - Empieza a tener dificultades para pagar el sueldo a los combatientes, lo que provoca el aumento de las deserciones.
6 - Cunde la desmoralización, lo peor que le puede ocurrir a cualquier fuerza combatiente.
Extender la presencia de Rusia
En este escenario es lógico que Putin quiera aprovechar la ventaja obtenida para liquidar al Estado Islámico y poner un pie militar en Yemen y Libia, sumidos en sendas guerras civiles de las que losyihadistas tratan de sacar beneficio, que no es otro que extender su poder a costa de imponer el terror.
Con el argumento de combatir el terrorismo y proteger a los ciudadanos rusos en los países amenazados por el islamismo, el jefe del Kremlin tiene la excusa perfecta para extender la presencia de Rusia en zonas de enorme valor estratégico. Yemen,frente al cuerno de África, y Libia en el medio del Mediterráneo son dos ejemplos de libro.
En la actualidad la llamada “diáspora rusa” está formada por 30 millones de personas en un centenar de países. Putin incluye entre sus prioridades a los ciudadanos rusos residentes en el extranjero con objeto de que “mantengan su vínculo con su patria histórica, se sientan orgullosos de Rusia, valoren su cultura, sus tradiciones espirituales y compartan su destino y sus preocupaciones actuales”, subrayó el líder ruso en un discurso cuajado de claves que las cancillerías no han tardado en analizar minuciosamente.
En un tono duro, Putin aseguró ante el Congreso que considera una “tarea importante proporcionar protección real a nuestros compatriotas contra todo tipo de discriminación y para garantizar sus derechos y libertades. Esto incluye la oportunidad de estudiar la lengua nacional [rusa] y conservar las tradiciones”. Un claro mensaje dirigido a Ucrania.
Reuniones con la cúpula militar
Apenas tres días después, el lunes 9 y el martes 10 de noviembre,el presidente ruso mantuvo sendas reuniones con los máximos responsables militares y de la industria de defensa. En la primerase revisaron las órdenes de compra de los nuevos sistemas de armas “para reajustarlos si es necesario a la vista de las circunstancias actuales”, dijo Putin a los mandos de las fuerzas armadas.
En la reunión del día siguiente, según la nota de prensa difundida por el Kremlin, el dirigente ruso se refirió a la respuesta que había que dar a los desafíos que se enfrenta Rusia con los nuevos sistemas de armas “que van a determinar la imagen global de nuestro ejército en la próxima década”.
Al margen del “orden del día” oficial de ambas reuniones, nada ha trascendido de los planes para una posible intervención militar en Yemen y Libia.
Lo que nadie se atreve a decir, sólo en mil21
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