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Problemas digestivos comunes en los bebés
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Problemas digestivos comunes en los bebés

viernes 21 de marzo de 2025, 12:38h

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El sistema digestivo de un bebé es inmaduro al nacer y necesita tiempo para adaptarse al mundo exterior. Durante los primeros meses de vida, es habitual que los padres se enfrenten a ciertos problemas digestivos que pueden causar malestar en los pequeños. Aunque en la mayoría de los casos no representan un problema grave, conocer sus causas y cómo aliviarlos puede marcar la diferencia en el bienestar del bebé.

Causas más comunes y síntomas habituales

Uno de los problemas más frecuentes es el reflujo gastroesofágico, que ocurre cuando el contenido del estómago vuelve al esófago. Esto se debe a la debilidad del esfínter esofágico inferior, que con el tiempo se fortalecerá. Los bebés con reflujo suelen regurgitar leche tras las tomas y pueden mostrarse irritables, especialmente después de comer. Para aliviar este problema, se recomienda alimentarlos en posición erguida y en pequeñas cantidades, evitando moverlos bruscamente tras las tomas.

El estreñimiento es otra afección común en los bebés, sobre todo cuando comienzan a consumir fórmulas infantiles o alimentos sólidos. Un bebé con estreñimiento puede tener dificultades para evacuar, mostrar esfuerzo al hacerlo o presentar heces duras y secas. Para prevenirlo, es importante ofrecer una correcta hidratación y, en el caso de bebés que ya han iniciado la alimentación complementaria, incluir frutas y verduras ricas en fibra.

En el otro extremo se encuentra la diarrea, que puede ser causada por infecciones, intolerancias alimentarias o cambios en la dieta. Las deposiciones frecuentes y líquidas pueden llevar a una rápida deshidratación, por lo que es fundamental vigilar los signos de alarma, como letargo o sequedad en la boca, y consultar con el pediatra en caso de duda.

Los cólicos: un reto para los padres

Uno de los mayores desafíos para los padres es el llanto inconsolable del bebé, que puede estar relacionado con los cólicos. Aunque su origen no está del todo claro, algunos expertos creen que pueden deberse a una combinación de inmadurez digestiva, acumulación de gases y sensibilidad a la alimentación. Los cólicos suelen aparecer alrededor de la tercera semana de vida y alcanzar su punto álgido a las seis semanas, para luego ir disminuyendo progresivamente hasta desaparecer a los tres o cuatro meses.

Para aliviar los cólicos, se recomienda mantener al bebé en posición vertical tras la alimentación, realizar suaves masajes abdominales y utilizar métodos de relajación como el balanceo o el ruido blanco. También se ha demostrado que los probióticos de bebé pueden contribuir a equilibrar la flora intestinal, favoreciendo un sistema digestivo más saludable.

Recomendaciones para mejorar el bienestar digestivo del bebé

Además de las estrategias mencionadas, existen otros cuidados básicos que pueden ayudar a prevenir y aliviar los problemas digestivos en los bebés. Dar tiempo al bebé para eructar después de cada toma es clave para evitar la acumulación de aire en su estómago. También es fundamental evitar cambios bruscos en su alimentación, ya que el sistema digestivo del bebé es sensible y puede reaccionar ante modificaciones repentinas.

Aunque pueden generar preocupación en los padres, con paciencia, pequeñas modificaciones en la alimentación y el apoyo de productos específicos, es posible mejorar el confort digestivo del bebé y ayudarlo en su desarrollo saludable. Conocer las señales de alerta y saber cómo actuar ante ellas es clave para garantizar el bienestar del bebé y la tranquilidad de toda la familia.

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