Un reciente estudio llevado a cabo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en los yacimientos de Puig Castellar y Ullastret ha revelado que el ritual de las cabezas cortadas entre las comunidades íberas del noreste de la península Ibérica no se manifestaba de manera uniforme. Según los hallazgos, esta práctica variaba significativamente dependiendo del asentamiento. En ciertos casos, los cráneos parecen haber pertenecido a individuos foráneos utilizados como símbolos de poder e intimidación, mientras que en otros contextos se priorizaba la veneración de miembros vinculados a la comunidad local.
La investigación, que combina datos bioarqueológicos e isotópicos, proporciona por primera vez evidencia directa sobre los patrones de movilidad humana durante la Edad del Hierro en esta región. Este análisis se centra en siete cráneos cortados provenientes de dos yacimientos: la antigua ciudad de Ullastret, situada en Girona, y el poblado de Puig Castellar, ubicado en Santa Coloma de Gramenet, Barcelona.
Un enfoque innovador sobre un ritual ancestral
Los cráneos cortados constituyen una práctica simbólica singular dentro del mundo ibérico y ofrecen una valiosa oportunidad para estudiar estas comunidades. A diferencia de otras culturas que practicaban enterramientos tradicionales, los íberos optaban por la cremación, lo que limita el registro antropológico funerario disponible. La exhibición pública de estos cráneos tras un tratamiento post mortem era común; algunos han sido hallados con agujeros o incluso con clavos atravesándolos.
Rubén de la Fuente Seoane, arqueólogo de la UAB y principal autor del estudio, destaca: «Tradicionalmente se ha debatido si estos cráneos eran trofeos de guerra para intimidar a enemigos o reliquias veneradas de figuras destacadas. Sin embargo, estas hipótesis aún carecen de verificación concreta». El investigador señala que su análisis sugiere que si los cráneos eran trofeos bélicos, no deberían proceder de los yacimientos estudiados; mientras que si pertenecían a individuos venerados, lo más probable es que fueran locales.
Diferencias significativas en el análisis isotópico
El equipo combinó bioarqueología con el análisis isotópico estable del estroncio y oxígeno presentes en el esmalte dental de los cráneos analizados. Esta metodología permitió establecer un rango referencial del estroncio biodisponible en cada zona y determinar si los individuos eran locales o no. Los resultados mostraron que tres de cuatro individuos encontrados en Puig Castellar presentaban valores isotópicos significativamente diferentes al referencial local, sugiriendo así su origen foráneo.
Por otro lado, en Ullastret se identificó una mezcla entre orígenes locales y no locales. De la Fuente Seoane indica: «Esto sugiere que la práctica del ritual variaba entre cada yacimiento, descartando una expresión simbólica homogénea». La ubicación estratégica donde estaban expuestos los cráneos en Puig Castellar refuerza la teoría de su uso como demostración de poder frente tanto a enemigos externos como a posibles disidencias internas.
Nuevas perspectivas sobre las dinámicas sociales íberas
Este estudio aporta evidencias directas sobre las dinámicas migratorias humanas durante la Edad del Hierro en el noreste peninsular y ofrece nuevas perspectivas sobre cómo estas sociedades gestionaban sus territorios. Las diferencias observadas entre los cráneos hallados en ambos yacimientos reflejan una sociedad compleja con interacciones tanto internas como externas.
De acuerdo con De la Fuente Seoane: «Nuestro estudio es un primer paso hacia una comprensión más profunda sobre cómo se seleccionaban los individuos para este ritual». Además, subraya la importancia de integrar datos bioarqueológicos e isotópicos para mejorar nuestra comprensión acerca de las estructuras sociales pasadas.
Artículo referente: Rubén de la Fuente-Seoane et al., «Territorialisation and human mobility during the Iron Age in NE Iberia: An approach through Isotope Analyses of the Severed Heads from Puig Castellar (Barcelona, Spain) and Ullastret (Girona, Spain)», Journal of Archaeological Science: Reports, https://doi.org/10.1016/j.jasrep.2025.105035.
Preguntas sobre la noticia
¿Qué revela el estudio sobre el ritual de las cabezas cortadas en las comunidades íberas?
El estudio liderado por la UAB indica que el ritual de las cabezas cortadas no era una expresión simbólica homogénea entre las comunidades íberas del nordeste de la península Ibérica, sino que variaba según el asentamiento. En algunos casos se utilizaron individuos foráneos como símbolos de poder, mientras que en otros se veneraron a individuos locales.
¿Cuáles son los yacimientos analizados en el estudio?
Los yacimientos analizados son Puig Castellar, ubicado en Santa Coloma de Gramenet (Barcelona), y Ullastret, en Girona.
¿Qué metodología se utilizó para el análisis de los cráneos cortados?
El estudio combinó bioarqueología con análisis isotópicos de estroncio y oxígeno en el esmalte dental de siete cráneos cortados, además de datos arqueozoológicos y muestreos de sedimento y vegetación cercanos a los yacimientos.
¿Qué diferencias se encontraron entre los individuos de Puig Castellar y Ullastret?
En Puig Castellar, tres de los cuatro individuos mostraron valores isotópicos que sugieren que no eran locales. En cambio, en Ullastret se encontró una mezcla de orígenes locales y no locales, lo que sugiere prácticas diferenciadas en cada yacimiento.
¿Cuál es la importancia del estudio para entender la sociedad íbera?
Los resultados muestran patrones de movilidad humana en la Edad del Hierro y ofrecen nuevas perspectivas sobre cómo estas comunidades gestionaban sus recursos y cómo interactuaban socialmente. Además, subrayan la necesidad de integrar datos bioarqueológicos e isotópicos para comprender mejor las estructuras sociales del pasado.