La principal droga utilizada en estas violaciones es el alcohol, si bien los agresores emplean también otras sustancias psicotrópicas, como la escopolamina (SCP), más conocida como burundanga, que es muy difícil de detectar porque su rastro desaparece de forma muy rápida en el organismo.
El nuevo test ideado por los investigadores del Instituto IDM de la UPV, el CIBER-BBN y el BAM permite detectarla rápidamente, “en apenas quince minutos”, según destacan los investigadores e investigadoras que lo han desarrollado. Para ello, han diseñado una tira reactiva sobre la que se deposita un nanosensor basado en nanopartículas cargadas con un indicador fluorescente (rodamina B) y funcionalizado con una puerta molecular que responde específicamente en presencia del estupefaciente. Para su lectura se utiliza algo tan cotidiano como un teléfono móvil.
“Con un móvil y en menos de un cuarto de hora podremos saber si ha habido un intento de agresión sexual por sumisión química con esta droga. Para ello bastará con tomar una pequeña muestra de saliva o de la bebida y sumergir la tira; si hay droga, el nivel de fluorescencia aumentará rápidamente, debido a la liberación del colorante del nanosensor depositado. Una vez han transcurrido los 15 minutos se toma una foto con el teléfono móvil donde comparándolo con una muestra que no contiene el estupefaciente se puede comprobar verdaderamente la presencia de burundanga.”, explica Eva María Garrido García, del Instituto IDM en la Universitat Politècnica de València.
Además de para la detección de burundanga, el test desarrollado por el equipo de la UPV, el CIBER-BBN y el BAM permite detectar MDPV (metilendioxipirovalerona), la llamada “droga caníbal. “Puede detectar de forma simultánea ambos estupefacientes usando la misma muestra de saliva o bebida. Y podría ampliarse a otras sustancias.
“La sustancia psicoactiva más comúnmente asociada a las agresiones sexuales con sumisión química es el alcohol, pero hay drogas en circulación que pueden llegar a incapacitar a la víctima. Entre ellas está la droga caníbal, pero también la ketamina, el GHB o el flunitrazepam. Nuestro sistema, gracias a su versatilidad, puede adaptarse también para la detección de estas y otras sustancias en muestras líquidas. Y lo que es más importante, en cualquiera de los casos, puede ser utilizado por cualquier persona, sin necesidad de tener un conocimiento experto”, destaca Ramón Martínez Máñez.
El equipo del IDM y el CIBER-BBN validó estos nuevos test en diferentes ensayos de liberación cinética desarrollados en sus laboratorios de la Universitat Politècnica de València y en colaboración con el Bundesanstalt für Materialforschung und -prüfung (BAM) de Berlín.