Virginia González | Jueves 08 de septiembre de 2022
Los investigadores han observado que los escolares que realizaron ejercicio, comparados con los del grupo control, mejoraron su inteligencia de forma destacada, y también su flexibilidad cognitiva y rendimiento académico.
¿Es posible hacer a los humanos más inteligentes? La creencia tradicional ha sido que la inteligencia es una característica del ser humano predominantemente estable, es decir, una persona nace inteligente y es inteligente a lo largo de su vida y al contrario. Sin embargo, en los últimos años esta concepción ha empezado a cambiar, considerando que la inteligencia puede ser más modificable de lo que se creía. Se conocen numerosos beneficios de la práctica regular de ejercicio físico a nivel físico, mental y cognitivo en las personas a cualquier edad, pero hasta la fecha no existía evidencia contundente de que el ejercicio físico practicado de forma regular pudiera mejorar la inteligencia de las personas.
Ahora, un estudio liderado por investigadores del departamento de Educación Física y Deportiva de la Universidad de Granada, en colaboración con investigadores de Psicología de esta misma universidad y colaboradores externos nacionales e internacionales, ha demostrado que los escolares que hacen ejercicio son más inteligentes y rinden más académicamente.
Su trabajo, que publica esta semana la prestigiosa revista JAMA Network Open, ha demostrado que en una etapa de crecimiento y desarrollo cognitivo y cerebral como es la niñez, el ejercicio físico practicado de forma regular durante casi medio año mejora la inteligencia a nivel general, y especialmente la inteligencia cristalizada, que es el tipo de inteligencia asociada con el vocabulario verbal y conocimiento adquiridoa lo largo de la vida en contexto escolar y fuera de él.
Además, el programa de ejercicio mejoró también de forma significativa la flexibilidad cognitiva, que es la habilidad mental que tiene una persona de adaptarse a tareas o reglas cambiantes, mantener múltiples conceptos simultáneamente y cambiar la atención entre diferentes tareas/reglas. Es importante destacar que el programa de ejercicio mejoró también el rendimiento académico total, siendo especialmente las matemáticas y la resolución de problemas, las capacidades más potenciadas.
“De aquí se desprende un mensaje muy importante para madres y padres: si sus hijas/os no tienen un buen rendimiento académico, no los castigue con no salir a jugar o hacer ejercicio físico, o retirarlos de una actividad deportiva extra-escolar, sino justo lo contrario”, apunta Francisco Ortega, catedrático de la Universidad de Granada e investigador responsable del estudio.
60 minutos al día de ejercicio
“Hay que intentar garantizar un mínimo de ejercicio física diario, idealmente 60 minutos al día de actividad física aeróbica de intensidad moderada, incluyendo al menos 3 días en semana actividad física de alta intensidad y aquella que estimule el fortalecimiento muscular y óseo tal y como recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS)”, señala el catedrático de la UGR, quien participó en 2020 en la elaboración de estas recomendaciones de actividad física de la OMS.
Es importante entender que el sobrepeso y la obesidad son un problema de salud de primer orden en el mundo desarrollado y en desarrollo, siendo especialmente preocupante en España, uno de los países que lideran el ranking de sobrepeso/obesidad en Europa donde 1 de cada 3 niños presentan esta condición. La obesidad tiene efectos negativos sobre la salud a nivel general y más recientemente se ha observado que también a nivel cognitivo y cerebral.
“El presente estudio tiene importantes implicaciones para esta población expuesta a mayores riesgos”, afirma José Mora, profesor del departamento de Educación Física y Deportiva de la Universidad de Granada, puesto que “este estudio demuestra que el ejercicio físico es una herramienta eficaz para contrarrestar los efectos negativos de la obesidad a nivel cognitivo y académico”.
Por último, los investigadores de la UGR señalan que el tipo de ejercicio físico realizado en este estudio es transferible al ámbito escolar. Estuvo basado en juegos grupales,sin equipamiento avanzado,que implicaban correr en una pista exterior y trabajo de fuerza con el propio peso corporal y de compañeros. Todo ello se realizó a una intensidad relativamente alta, siendo el promedio de intensidad de la sesión completa en torno al 70% de la frecuencia cardiaca máxima de los niños, que entrenaron un promedio de 3 sesiones por semana de 90 minutos cada una, lo que sumarían 4.5 horas semanales.
“Si consiguiéramos aumentar el número de horas de educación física a 1 hora diaria, es decir, 5 horas por semana, como ya se hace en otros países europeos y se está demandando en España, podríamos mejorar la salud física y mental de los escolares, y tal y como demuestra este estudio, su inteligencia, rendimiento cognitivo y académico”, concluye Francisco Ortega.
Los resultados de esta investigación han sido presentados esta misma semana por el catedrático de la UGR en el European Congress of Sports Science, el congreso más importante de Ciencias del Deporte en Europa, que se celebra en Sevilla.
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