La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió este martes que las tasas de obesidad han alcanzado proporciones de epidemia en toda Europa y continúan en aumento.
Un nuevo estudio de la oficina regional de la agencia de la ONU informó que cerca de tercios de los adultos, el 59%, y casi uno de cada tres niños, el 29% y el 27% de las niñas, viven con sobrepeso o son obesos.
El sobrepeso y la obesidad crónicos se encuentran entre las principales causas de muerte y discapacidad en Europa.
La OMS estima que esos padecimientos causan más de 1,2 millones de muertes al año, es decir, más del 13% de la mortalidad total en el continente.
La obesidad aumenta el riesgo de enfermedades no transmisibles, incluidos 13 tipos diferentes de cáncer, enfermedades cardiovasculares y diabetes tipo 2.
El exceso de peso podría ser determinante en al menos 200.000 nuevos casos de cáncer al año en Europa, y se prevé que la cifra se incrementará en los próximos años.
De continuar esta tendencia, ninguno de los 53 países que componen la región europea de la OMS cumplirá el objetivo de la agencia contra las enfermedades no trasmisibles.
La agencia destacó también la forma desproporcionada en que resultan perjudicadas las personas con sobrepeso u obesidad debido a la pandemia de COVID-19 ya que, no sólo tienen más probabilidades de sufrir complicaciones y muerte por el coronavirus, sino que muchos han visto que los servicios médicos que precisan se interrumpen o ralentizan para atender la emergencia sanitaria.
A todo esto se aúnan los cambios en los patrones de consumo de alimentos y la reducción de la actividad física debidos a los confinamientos y transformaciones de los modelos de trabajo impuestos por la pandemia.
La OMS sostuvo que esos cambios negativos tendrán efectos en la salud en los próximos años y que revertirlos supondrá un gran esfuerzo.
El director regional para Europa de la OMS, Hans Kluge, recordó que la obesidad no conoce fronteras y que si bien los países europeos son diversos, todos enfrentan desafíos ante ese problema de salud pública.
“Para cambiar la tendencia en Europa, necesitaremos crear entornos más propicios, promover la inversión y la innovación en salud, y desarrollar sistemas de salud fuertes y resilientes”, apuntó Kluge.
El informe presenta una serie de intervenciones y opciones de políticas para que los gobiernos aborden la obesidad, enfatizando la urgencia de reconstruir mejor después de la pandemia.
La agencia de la ONU explicó que las causas de la obesidad “son mucho más complejas que la mera combinación de una dieta poco saludable y la inactividad física”.
El estudio destaca, entre otros aspectos, cómo la vulnerabilidad al peso corporal no saludable en los primeros años de vida puede afectar la tendencia de una persona a desarrollar obesidad.
También impulsan el aumento de la obesidad en Europa los factores ambientales como la comercialización digital de alimentos poco saludables para los niños y la proliferación de juegos en línea sedentarios.
Sin embargo, esas mismas plataformas digitales podrían usarse para promover la salud y el bienestar, sostiene el documente.
La OMS afirmó que el medio ambiente tiene gran influencia en la obesidad, por lo que es importante abordar el problema desde la perspectiva de cada etapa de la vida. Por ejemplo, la vida de los niños y adolescentes es afectada por los entornos digitales, incluida la comercialización de alimentos y bebidas no saludables.
Las recomendaciones del informe incluyen la implementación de intervenciones fiscales, como subir los impuestos a las bebidas azucaradas o implementar subsidios para alimentos más saludables, restringir la comercialización de alimentos nocivos para los niños y mejorar el acceso a los servicios de control de la obesidad y sobrepeso en la atención primaria de la salud.
También se sugieren esfuerzos para mejorar la dieta y la actividad física a lo largo de la vida, como son la atención previa a la concepción y el embarazo, la promoción de la lactancia materna y las intervenciones escolares, así como la creación de entornos que mejoren el acceso a alimentos saludables y actividad física.
Puesto que la obesidad es compleja, para la OMS ninguna medida por sí sola puede detener el aumento de la epidemia, por lo que toda política nacional debe contar con un compromiso político de alto nivel, debe ser integral y centrarse en las desigualdades.