La merma de la inmunidad contra el SARS-CoV-2 registrada 75 días después de la segunda dosis de las vacunas CoronaVac y ChAdOx1 (Oxford-AstraZeneca) puede revertirse significativamente mediante la aplicación del refuerzo del inmunógeno de Pfizer/Biontech, de acuerdo con un estudio realizado en Brasil y a cargo de la Escuela Paulista de Medicina de la Universidad Federal de São Paulo (EPM-Unifesp).
Dicha investigación demostró que la tercera dosis de Pfizer aumenta hasta 25 veces el nivel de anticuerpos medido tras las dos aplicaciones de la vacuna CoronaVac y hasta siete veces el que se alcanza después de la inmunización completa con ChAdOx1. Estos resultados se
publicaron en el
Journal of Infection.
Este estudio, apoyado por la FAPESP en el marco de dos proyectos, se concretó con una cohorte no aleatorizada de 48 profesionales de la salud de hospitales e instituciones regionales. Los mismos tienen una edad promedio de 30 años, entre los vacunados con CoronaVac, y de 40 años entre los que se vacunaron con ChAdOx1.
“Hemos visto que la adhesión a la dosis de refuerzo de la vacuna contra el COVID-19 no es tan alta como podría serlo. No obstante, nuestro estudio muestra la importancia de que la población se aplique la tercera dosis, porque esta produce un aumento significativo de la respuesta inmunológica y celular, lo que apunta mayores niveles de protección”, dice Alexandre Keiji Tashima, docente del Departamento de Bioquímica de la EPM-Unifesp y autor corresponsal del artículo.
Hasta el día 21 de marzo, Brasil registraba un 34,5 por ciento de la población inmunizada con la dosis de refuerzo contra el COVID-19 (alrededor 73,2 millones de personas). La vacunación completa (con dos dosis o dosis única) había sido aplicada al 74 por ciento de los brasileños (cerca de 157 millones de personas), según
datos del Our World in Data, de la Universidad de Oxford, en el Reino Unido.
“Con la pandemia, montamos un grupo de investigadores en la Unifesp para trabajar en estudios referentes al COVID-19. El objetivo es efectuar una caracterización bioquímica completa de los anticuerpos”, afirma Tashima, director del doctorado de Jackelinne Yuka Hayashi, la primera autora del artículo. El trabajo contó también con la participación de cuatro investigadores de la empresa Euroimmun Brasil, especializada en soluciones de diagnósticos de laboratorio. Los resultados del grupo corroboran estudios publicados anteriormente por científicos de
Hong Kong y de
universidades estadounidenses.
Asimismo, otras investigaciones habían mostrado la eficacia de la dosis de refuerzo. Una de estas, publicada al comienzo del mes de febrero en
Nature Medicine, demostró que la aplicación de la tercera dosis de la vacuna de Pfizer seis meses después de la inmunización con dos dosis de CoronaVac posee una eficacia del 92,7 % contra la enfermedad. En tanto, contra los casos graves del SARS-CoV-2, la protección se eleva al 97,3 %. Se analizaron datos de alrededor de 14 millones de brasileños.
Evaluaciones
A los participantes en la investigación del grupo de la Unifesp se les extrajeron muestras de sangre en cinco momentos: antes de la vacunación, 28 días después de la primera dosis, 14 días después de la segunda dosis, pasados 75 días de la segunda dosis y 14 días después de la tercera de refuerzo. Se realizaron análisis clínicos de IgG (que determinan la presencia y la cantidad de anticuerpos en el organismo), con una evaluación de los anticuerpos neutralizantes, capaces de impedir la infección, y de las respuestas celulares.
En el grupo inmunizado con CoronaVac y con el refuerzo de Pfizer, los valores promedio de IgG aumentaron de 19,8 BAU/ml (unidades de anticuerpos de unión por mililitro de sangre) después de la primera dosis a 429 BAU/ml tras la segunda. Valores iguales o superiores 35,2 BAU/ml se consideran positivos.
Esta protección disminuyó significativamente durante las siguientes diez semanas, para caer hasta 115,7 BAU/ml. Así y todo, tras el refuerzo, la concentración de IgG volvió a subir y se incrementó 25 veces hasta llegar a 2.843 BAU/ml. Con relación a los niveles de anticuerpos neutralizantes, se registró un aumento que fue del 23,5 por ciento en el intervalo de la segunda dosis a un 99,3 por ciento tras el refuerzo.
Entre los inmunizados con la vacuna de AstraZeneca y la tercera dosis de Pfizer, las medianas de respuestas de IgG aumentaron de 86,8 BAU/ml a 648,9 BAU/ml durante las dos primeras aplicaciones. Luego cayeron a 390,9 BAU/ml. Pero con la dosis de refuerzo, se elevaron siete veces, para llegar a 2.799,2 BAU/ml. En tanto, los niveles de anticuerpos neutralizantes crecieron del 63,2 al 98,9 por ciento.
“Es posible ver que, aun con la merma de la inmunidad en el período posterior a la segunda dosis, sigue habiendo una respuesta celular relevante contra los antígenos del coronavirus. Pero lo interesante es que, tras la tercera dosis, los dos grupos experimentaron un incremento significativo tanto de la respuesta celular como de la respuesta humoral [
de anticuerpos]. Esto fue algo que nos sorprendió y que muestra la existencia de una respuesta en ambos grupos”, explica Tashima.
Una de las limitaciones de este estudio fue el hecho de que no fue posible comparar los resultados con datos de la población en general o de grupos específicos, como el de las personas ancianas. Algunos voluntarios que participaron en la investigación se contaminaron con la variante ómicron tras el refuerzo de la vacunación. Los investigadores están ahora concretando una nueva etapa de toma de muestras de sangre de esas personas para analizar los eventuales impactos de la variante, que al comienzo del mes de enero respondió por el 97 por ciento de los casos de COVID-19 en Brasil.