Así lo pone de manifiesto el informe 'Situación y necesidades de las personas con trastorno del espectro del autismo (TEA) en España: Resultados y tendencias sociodemográficas en 2019' presentado hoy en Madrid.
La investigación recoge estadísticas oficiales (del INE, del Ministerio y las consejerías de Educación y de los departamentos de Sanidad y Servicios Sociales), información facilitada por las propias entidades miembro de Autismo España, y las respuestas de 2.116 personas con TEA que participaron en el trabajo.
En la presentación, la directora técnica de Autismo España, Ruth Vidriales, afirmó que "la tendencia apreciada tanto por los datos oficiales como por los obtenidos a partir de nuestras asociaciones confirma que el número de personas con TEA identificadas como tales ha aumentado de forma muy significativa en los últimos años". De hecho, en solo cinco cursos, los alumnos diagnosticados con TEA crecieron un 118%.
Del mismo modo, casi el 80% de las personas diagnosticadas como autistas tienen menos de 21 años, porcentaje que decrece de forma muy llamativa a partir de los 30 años y, sobre todo, a partir de los 50. De ahí se desprende que el TEA "está infradiagnosticado en España". Si la prevalencia según estudios internacionales es del 1%, "en España debería haber 470.000 personas con autismo", señaló Vidriales. Sin embargo, el Imserso identifica algo más de 62.000.
Para Vidriales, lo que este estudio demuestra es que "tenemos muy poca información y de muy mala calidad (sobre el TEA), y esto incide en la falta de políticas públicas". Por eso, los datos de este trabajo no pueden tomarse como definitivos, apuntó, sino como indicadores de tendencias. Y lo que está claro es que cada vez se diagnostica más.
RESULTADOS
El estudio arrancó en 2015 y abarca ámbitos muy diversos como educación, salud, empleo, discapacidad, dependencia, antecedentes familiares, vida adulta, lugar de residencia, etc.
Según sus resultados, hay casi cuatro hombres por cada mujer con TEA, aunque ellas presentan peores indicadores de salud y más trastornos asociados. También son diagnosticadas más tarde.
En ambos casos son muy importantes los factores de riesgo, como los antecedentes familiares, el nacimiento prematuro o el bajo peso al nacer.
Además, muchas personas con TEA presentan enfermedades crónicas que tienden a aumentar con la edad (epilepsia, trastornos del sueño, trastornos dermatológicos o intestinales, sobrepeso…), tienen peor salud mental y consumen más medicamentos. Por otro lado, el informe señala que el abandono educativo es muy alto entre el colectivo, y revela una escasa presencia de alumnos con TEA en los estudios posobligatorios.
Casi un 94% de personas adultas con TEA disponen de un certificado de discapacidad (en el 63% de los casos, la discapacidad reconocida es de más del 75%).
Hay un alto porcentaje de personas adultas con TEA en situación de dependencia, siendo el grado 3 el más habitual, destaca la investigación. En cuanto a la vivienda, el 63% del colectivo vive en el hogar familiar. Solo existe un 21% de vivienda específica para personas con TEA.
El estudio se presentó durante una jornada técnica en la que participaron el vicepresidente de la Confederación, José Luis Bruned, y la secretaria de Estado de Servicios Sociales, Ana Isabel Lima.
Esta última subrayó la importancia de la investigación para la mejora de las políticas sociales, y afirmó que el Plan Nacional sobre Autismo estará listo el año que viene.
Vinculó su aprobación a la disposición de nuevos Presupuestos generales del Estado, pues el plan contiene "algunas medidas que implican nuevos gastos".