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El cáncer de mama es el de mayor prevalencia

Martes 09 de julio de 2019
El cáncer de mama es el de mayor prevalencia. La prevalencia es la proporción de personas que, una vez diagnosticadas, siguen viviendo. Por ejemplo, el cáncer de pulmón es un tumor muy frecuente (se estima que en 2019 los nuevos casos en España serán 29.500); sin embargo, debido a su alta mortalidad, su prevalencia a los 5 años es relativamente baja.

Por el contrario, en 2019 se diagnosticará un cáncer de mama a 32.536 nuevas mujeres, pero su prevalencia a los 5 años es altísima y supera en cinco veces la supervivencia del cáncer más frecuente, el de pulmón.

La supervivencia de las mujeres con cáncer es superior a la de los hombres. Esto es así porque los tumores más frecuentes en ellas presentan mayor supervivencia.

Según el informe de SEOM (la Sociedad Española de Oncología Médica), los cánceres más frecuentemente diagnosticados en mujeres en España son los de mama y los de colon y recto. A mucha distancia, los siguientes tumores que más se dan son los de pulmón, cuerpo uterino y vejiga urinaria.

El principal problema al que se enfrentan las mujeres diagnosticadas de cáncer es que deben dedicar mucho tiempo, dinero y esfuerzos a su tratamiento. Incluso aunque no tengan que pagar directamente por su asistencia sanitaria, algo habitual en nuestro país, el gasto se dispara y va acompañado de la falta de ingresos.

Algunas mujeres pueden continuar con su trabajo o les basta con reducir el ritmo, pero otras pasan por periodos en los que les resulta imposible continuar con su vida laboral mientras están dedicadas a combatir la enfermedad.

Los efectos secundarios del tratamiento del cáncer suelen ser temporalmente incapacitantes: cansancio, debilidad, cambios emocionales y psicológicos, calambres en las piernas, vómitos, problemas para dormir, etc. Se pasa mal, pero una vez superado, todo se olvida.

Vivir con más gastos y menos ingresos
Durante el tratamiento, si la mujer está trabajando puede conseguir una baja y cobrar una parte de su sueldo, cosa que no ocurre cuando no desempeña ninguna tarea remunerada por dedicarse al trabajo doméstico o por estar en paro.

Pero hasta en el mejor de los casos verá reducidos sus ingresos considerablemente. Si ha cotizado a la Seguridad Social durante 180 días en los cinco años anteriores, tendrá derecho a una prestación que será:

  • Nada en los tres primeros días de baja.
  • El 60 % de su base reguladora del cuarto y al vigésimo día de baja.
  • El 75 % de su base reguladora a partir del vigésimo día.

La duración de esta prestación es de 365 días, prorrogables otros 180 días cuando se presuma que la enfermedad podrá curarse.

El problema añadido para las trabajadoras afiliadas al RETA, el Régimen Especial de la Seguridad Social para los autónomos, es que habitualmente cotizan por debajo del régimen general. O sea, que si unas cobran poco cuando están de baja, las otras cobran aún menos. Se calcula que el 86 % de los autónomos cotizan por la base mínima, pero que dentro de este colectivo las autónomas perciben de media el 25 % menos que los hombres.

La prevención ayuda, pero no basta
El cáncer de mama y otros cánceres que afectan a la mujer no se pueden prevenir, pero ciertos estilos de vida reducen el riesgo de padecerlos:

  • Evitar la obesidad y reducir la ingesta calórica.
  • Hacer ejercicio de forma regular.
  • Eliminar el tabaquismo.
  • Limitar el consumo de alcohol.
  • No usar talco en la zona genital.
  • Huir del sedentarismo.
  • Llevar una dieta saludable, baja en grasas y carnes rojas, sin alimentos procesados y con presencia de legumbres, frutas y verduras.
  • Utilizar preservativo en relaciones sexuales (el riesgo de cáncer de cérvix se reduce en un 80 % en mujeres cuyos compañeros masculinos usan preservativos).
  • Seguir los programas de vacunación contra el VPH (virus del papiloma humano).
  • No tomar tratamiento hormonal sustitutivo en la menopausia.

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