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El verano dispara en un 25% los trastornos de alimentación

Martes 21 de agosto de 2018
Si bien el verano es una de las épocas del año más esperadas y conlleva cientos de beneficios -como las vacaciones, la playa, el calor, etcétera-, para algunas personas también tiene implicaciones negativas.

Nos estamos refiriendo a la necesidad de aligerar el vestuario y descubrir ciertas partes del cuerpo para combatir las altas temperaturas. Algo que no todo el mundo lleva demasiado bien.
Tal es así que casi la mitad de los españoles aseguran haberse puesto a dieta alguna vez en la vida, y no solo eso, sino que hasta al 61,5% le preocupan las calorías que ingieren. Y si bien el 54% solo trata de llevar una alimentación equilibrada, un preocupante 7,5% cuenta las calorías que se lleva a la boca. Este comportamiento, por desgracia, podría acabar derivando en problemas mayores como trastornos alimentarios.
Según los datos del comparador de seguros de salud Acierto.com, el número de casos detectados durante esta época del año se dispara entre y un 20% y 25% en la Comunidad de Madrid. Unas “enfermedades de verano” entre las que se encuentran la anorexia y la bulimia a la cabeza. Los perfiles más vulnerables son las jóvenes entre los 13 y los 25 años; una franja que ha descendido dos años en la última década. Durante los últimos cuatro, se ha apreciado también un incremento en el número de pacientes varones. No obstante y en cifras globales, se estima que hasta 70 millones de personas en todo el mundo sufren patologías alimentarias, y que el 85% son mujeres.
En el caso de los hombres las más frecuentes son la vigorexia y la ortorexia. De hecho, más de la mitad de los encuestados por el comparador de seguros admitió que se apunta al gimnasio por estética, para “lucir tipazo”, en lugar de ir motivado por mejorar su salud. El culto al cuerpo y a la alimentación sana, la importancia de la imagen y la asociación de conceptos como la delgadez al éxito tienen mucho que ver, pero, por supuesto la autopercepción y disfunciones afectivas del propio paciente.

En la Comunidad de Madrid el espectro se amplía: el 94% son mujeres de entre 12 y 36 años. La cifra plasma una realidad: la mayor incidencia de estas enfermedades en núcleos urbanos. No obstante, su arraigo en zonas rurales también se ha incrementado en la última década, especialmente la anorexia.
En la antesala de su desarrollo solemos encontrar abusos sexuales, desestructuración familiar, dietas excesivamente estrictas y más. Los síntomas son variados y dependen de cada enfermedad concreta, pero en términos generales los pacientes emplean la comida como una forma de control o satisfacción. Las restricciones, ingestas compulsivas, vómitos, etcétera resultan habituales.

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