Si “Lorenzo” se ha cebado con nuestras pieles dejando su marca en ella, “lo primero que se debe hacer es evitar seguir expuesto al sol y proteger la piel”, como explica el dermatólogo Jose Luis López Estebaranz.
Una vez lleguemos al resguardo de nuestra casa o lugar de descanso, es muy conveniente “aplicarnos una crema hidratante sin perfumes sobre la superficie afectada. Si disponemos de After-sun, mejor. Nos aliviará”.
La cosa es que el sol nos puede producir dos tipos de quemadura: las de primer grado, que son las más comunes con zona rojiza acompañada de dolor o escozor, que conlleva un “moreno” falso puesto que al pasarse la piel afectada comienza a descamarse; por otra parte tenemos las quemadoras de segundo grado, que son mucho más severas, haciendo que en nuestra piel aparezcan ampollas con líquido en las zonas afectadas, cuando se tratan de este tipo de quemaduras necesitan atención medica específica y, por lo que más queráis, no hagáis como yo y NUNCA reventar las ampollas tirando de la piel, ir al médico de verdad, él o ella sabrán lo que hacer.
Y, por si fuera poco, las quemaduras solares nos pueden dejar manchas marrones y en casos severos nos pueden llegar a dejar cicatrices en la piel, aparte de ser un factor de riesgo para el desarrollo de lesiones precancerosas o cancerosas en la piel y, por su puesto, hace que nuestra piel envejezca mucho antes.
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