Viloca no es un Bárcenas que apenas estuvo un año de tesorero del Partido Popular. Viloca, vinculado a las finanzas del partido fundado por Pujol desde hace 21 años, fue sorprendido y detenido el pasado 22 de octubre tras haber pasado por la trituradora importantes documentos que la Guardia Civil ha podido reconstruir, y donde se vinculan empresas adjudicatarias de obras públicas de la Generalitat con el famoso tres por ciento de comisión que iba a parar a la tesorería de Convergencia Democrática de Cataluña.
El complejo entramado de comisiones, favores y blanqueo de capitales durante treinta años, bajo la ingeniería diseñada por Jordi Pujol, el gran beneficiado en su día de la quiebra de Banca Catalana, se ha convertido en un asunto de Estado. Sus ramificaciones son tan profundas que, de conocerse, pondría en peligro la estabilidad del sistema.
En las investigaciones que algunos jueces llevan a cabo se mezclan sobornos a altos cargos de ayuntamientos, de la Generalitat y conexiones al más alto nivel.
Blanqueo de capitales, no sólo de dinero acumulado por los Pujol, sino de empresarios que depositaban sus fortunas en manos del Molt Honorable y de íntimos amigos del Rey Juan Carlos, como Zourab Tchkotoua, famoso por su fortuna vinculada al juego y las buenas amistades.
Algunas de las empresas, como Indra, adjudicataria de contratos de telecomunicaciones con Defensa, tienen en nómina a uno de los hijos de Pujol con un salario de miles de euros por no hacer nada, ya que Josep fue destinado a Miami como asesor. Ni que decir tiene que Indra fue beneficiada por el Gobierno de Cataluña con cientos de contratos millonarios cuando Jordi Pujol era presidente.
Convergencia Democrática de Cataluña paga la fianza
La puesta en libertad del tesorero Andreu Viloca por la Audiencia Provincial de Tarragona y en contra del criterio de los fiscales Fernando Bermejo y José Grinda recuerdan que en Cataluña los jueces son muy reacios a encarcelar a los corruptos que gobiernan. Ya lo demostraron en el Caso de Banca Catalana eximiendo a Jordi Pujol unos magistrados que previamente fueron beneficiados por la Generalitat.
Según informaciones que han llegado a MIL21 Viloca se estaba desmoronando en prisión y se disponía a "cantar". A colaborar con la fiscalía y explicar, punto por punto, el entramado de comisiones y sobornos que durante más de 20 años han pasado por sus libros de contabilidad, ya que además de tesorero de CDC lo era de las fundaciones del partido.
Las alarmas saltaron y hubo que movilizar voluntades. A pesar de que el juez de El Vendrell había dictado prisión sin fianza, dado que se le detuvo por destruir pruebas fundamentales, ciertas personalidades tocaron los resortes para la puesta en libertad, bajo fianza para disimular, con el pretexto de que no había ni riesgo de fuga ni peligro de destrucción de más pruebas, dado que ya tuvo tiempo de hacerlo con anterioridad.
Fue el partido presidido por Artur Mas quien depositó el miércoles pasado los avales, 250.000 euros, que han permitido que el tesorero Viloca viese de nuevo la calle. Se le arropa convenientemente para que se mantenga fuerte y no tire de la manta tras su paso por la prisión de Quatre Camins, en Roca del Vallés, Barcelona.
Al final, los tesoreros, los hombres que manejan las cuentas de la corrupción de los partidos, se convierten en las piezas a proteger a toda costa. Si hablan se viene abajo todo el tinglado con la misma fragilidad que una torre de naipes.
Como amenazó el propio Jordi Pujol en sede parlamentaria, si se abre la caja de Pandora el sistema se viene abajo.
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