Las agencias de salud y medioambientales de la UE se han unido para abordar la creciente resistencia a los fungicidas azólicos utilizados en el tratamiento de infecciones por hongos Aspergillus. Un informe conjunto destaca que el uso extensivo de estos fungicidas en agricultura y otros sectores está contribuyendo a esta resistencia, lo que pone en riesgo la eficacia de tratamientos esenciales para la aspergilosis. La colaboración entre las agencias busca equilibrar prácticas agrícolas efectivas con la protección de la salud pública y el medio ambiente, enfatizando un enfoque integral conocido como "Una sola salud".
Las cinco principales agencias de salud y medio ambiente de la Unión Europea, entre ellas la EFSA, ECDC, ECHA, EEA y EMA, han llevado a cabo un análisis inédito sobre el impacto del uso de fungicidas azólicos en la salud pública. Este esfuerzo, respaldado por el JRC, se centra en cómo estas sustancias afectan no solo el ámbito médico humano, sino también otros sectores donde su aplicación es común.
Los medicamentos azólicos son fundamentales para tratar la aspergilosis, una grave infección causada por hongos del género Aspergillus. Sin embargo, la creciente resistencia de estos hongos a los azoles está complicando el tratamiento y reduciendo su eficacia.
Los azoles se utilizan ampliamente en productos fitosanitarios para combatir enfermedades fúngicas en agricultura y horticultura. Además, se emplean como medicamentos veterinarios para tratar micosis en animales y como biocidas en conservantes de madera. También están presentes en productos industriales y cosméticos.
El informe revela que el uso extensivo de estos fungicidas fuera de la medicina humana, especialmente en la agricultura, incrementa el riesgo de resistencia del Aspergillus a los azoles. La exposición, entendida como la cantidad de sustancia absorbida por personas o ecosistemas en un periodo específico, puede aumentar debido a residuos agrícolas o madera recién cortada. Esto podría propiciar infecciones por cepas resistentes al tratamiento.
El informe incluye datos recopilados entre 2010 y 2021 sobre el uso de fungicidas azólicos en Europa. Se destaca que los productos fitosanitarios constituyen la mayor parte de las ventas reportadas en este sector.
Bernhard Url, Director Ejecutivo interino de la EFSA, subrayó: «El impacto del uso de fungicidas azólicos en la agricultura y otros sectores ajenos a la medicina humana sobre la resistencia a los antifúngicos pone de manifiesto la necesidad crítica de equilibrar unas prácticas eficaces con la protección de la salud y el medio ambiente. El enfoque ‘Una sola salud’ nos permite aunar diversos conocimientos para hacer frente a este reto y salvaguardar la salud pública para las generaciones futuras.»
Los medicamentos azólicos son esenciales para el tratamiento de la aspergilosis, una infección grave causada por hongos Aspergillus. Se utilizan también en productos de protección fitosanitaria, medicamentos veterinarios, biocidas, productos químicos industriales y cosméticos.
El uso generalizado de fungicidas azólicos fuera de la medicina humana, especialmente en la agricultura, está contribuyendo al aumento de la resistencia de los hongos Aspergillus a estos tratamientos, lo que hace que sean menos eficaces.
La resistencia a los fungicidas azólicos puede aumentar el riesgo de infecciones por Aspergillus spp. resistentes a los azoles, lo que representa un desafío significativo para la salud pública.
Las agencias de salud y medioambientales de la UE han examinado cómo afecta el uso de sustancias azólicas a la salud pública y están promoviendo un enfoque "Una sola salud" para equilibrar prácticas eficaces con la protección de la salud y el medio ambiente.