Las agencias de la UE están intensificando sus esfuerzos para rastrear las mutaciones del virus de la gripe aviar y analizar estrategias de respuesta ante su potencial propagación a humanos. Pamela Rendi-Wagner, directora del ECDC, enfatiza la necesidad de que Europa esté preparada para futuras brotes, mientras que Bernhard Url, director ejecutivo interino de la EFSA, destaca la identificación de 34 mutaciones genéticas que podrían facilitar el contagio humano. Se recomienda implementar análisis genéticos y vigilancia tanto en animales como en salud pública, así como medidas preventivas robustas y planes de preparación coordinados. Este enfoque integral es crucial para abordar los riesgos asociados con la gripe aviar y proteger la salud pública en Europa.
La amenaza de la influenza aviar ha llevado a las autoridades sanitarias europeas a intensificar sus esfuerzos para garantizar que el continente esté preparado para enfrentar futuros brotes. Pamela Rendi-Wagner, directora del Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC), enfatizó la necesidad de mantenerse alerta ante los desarrollos globales que podrían afectar la salud pública en Europa. “El ECDC apoya a los Estados miembros de la UE/EEE en la preparación, prevención y contención de posibles futuros brotes en animales y humanos”, afirmó.
En un contexto donde los virus de influenza aviar han comenzado a infectar especies previamente no afectadas, Bernhard Url, director ejecutivo interino de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), destacó que “nuestro trabajo identifica mutaciones clave vinculadas a una posible propagación hacia los humanos, lo que requiere una detección y respuesta rápida”. La colaboración y el intercambio de datos entre los diferentes actores son fundamentales para abordar estas situaciones emergentes.
Un equipo de expertos ha elaborado una lista exhaustiva de mutaciones genéticas, identificando 34 que podrían incrementar el potencial de transmisión del virus a los humanos. Gracias al análisis molecular y la vigilancia genómica, los laboratorios de salud animal y pública pueden referirse a esta lista, que debe ser actualizada continuamente, para monitorear la aparición de cepas con capacidad de contagio humano.
Además, se ha señalado cómo la adaptación del virus puede ser impulsada por factores como las mutaciones genéticas, el intercambio de material genético entre virus y la interacción con la respuesta inmune del hospedador. Factores externos como actividades humanas y cambios ambientales también aumentan el riesgo de transmisión entre animales y humanos. Prácticas agrícolas intensivas, baja bioseguridad, deforestación, urbanización y comercio global son algunos elementos que amplifican este riesgo.
Entre las recomendaciones más destacadas se encuentran:
Acompañando estas opiniones científicas, las agencias han creado directrices sobre cómo investigar y controlar brotes que afectan tanto a humanos como a animales mediante un enfoque coordinado conocido como One Health. Los expertos han diseñado diagramas que delinean acciones frente a cinco escenarios distintos en la interfaz humano-animal-medio ambiente, subrayando así la importancia de una respuesta interdisciplinaria entre todos los involucrados. Este trabajo será vital para ayudar a los Estados miembros a desarrollar guías nacionales personalizadas.
Las agencias de la UE, como el ECDC y la EFSA, están rastreando las mutaciones del virus de la influenza aviar y analizando estrategias de respuesta para preparar a los Estados miembros ante posibles brotes en animales y humanos.
Se recomiendan varias medidas, incluyendo análisis genéticos para detectar mutaciones, vigilancia animal de mamíferos enfermos, pruebas de salud pública en individuos expuestos, implementación de medidas de bioseguridad en granjas y preparación de planes de respuesta ante brotes.
Factores como la alta densidad en la agricultura, prácticas de bajo nivel de bioseguridad, deforestación, urbanización y comercio global pueden amplificar el riesgo de que el virus se transfiera de animales a humanos.
Durante un brote en animales, es crucial que los hospitales mejoren su vigilancia y estén especialmente atentos durante los picos de temporada gripal para detectar mezclas genéticas entre virus.
Se está utilizando un enfoque coordinado conocido como "One Health", que implica una respuesta interdisciplinaria entre todos los actores involucrados para investigar y controlar los brotes que afectan tanto a humanos como a animales.