Un brote de cólera se extiende por el centro y el este de Sudán, agravando aún más los riesgos, la muerte y la miseria de una población ya golpeada por la brutal guerra que asola el país. "Nuestros equipos de emergencia prestan su apoyo a las y los pacientes con servicios de agua y saneamiento", sostienen desde Médicos Sin Fronteras.
En agosto, las autoridades sudanesas declararon un brote de cólera, que actualmente afecta gravemente a los estados de Kassala, Gedaref, Río Nilo, Al Jazirah y Jartum. Según el Ministerio de Sanidad, se han registrado más de 5.000 casos de cólera y 191 muertes. En la segunda quincena de agosto los casos semanales de la enfermedad se multiplicaron por cuatro.
Los casos de cólera no son infrecuentes en Sudán, pero este es el segundo año desde el comienzo de la guerra en abril de 2023 que el país se enfrenta a brotes de la enfermedad. "Durante los dos últimos años, nuestros equipos han participado activamente en las respuestas de emergencia para mitigar su impacto", continúan.
"La amenazante mezcla de fuertes inundaciones y lluvias torrenciales con las lamentables condiciones de vida y el inadecuado acceso al agua potable que tienen hoy millones de personas, especialmente en los hacinados campos de desplazados, han creado la tormenta perfecta para la propagación de esta enfermedad, a menudo mortal", afirma Esperanza Santos, nuestra coordinadora de emergencias en Sudán.
En Kassala, por ejemplo, las fuertes lluvias y las crecidas de los ríos han destruido las infraestructuras de agua y saneamiento y han puesto tanto a las comunidades de desplazados internos como a los refugiados eritreos y etíopes en condiciones de vida aún más terribles.
El cólera añade un reto más a la crisis de Sudán y al diezmado sistema sanitario, que ya lucha contra el aumento de la desnutrición infantil, el elevado número de heridos de guerra y los casos regulares de enfermedades prevenibles. La respuesta humanitaria, obstaculizada regularmente por las dos partes en conflicto, sigue estando muy por debajo de lo necesario.
"Nuestros equipos en Jartum, Río Nilo, Kassala y Gedaref se han movilizado para ayudar al Ministerio de Salud a responder a la situación, estableciendo y gestionando centros y unidades de tratamiento del cólera (CTC y CTU) o prestando apoyo a las instalaciones de tratamiento ya desbordadas en algunas de las zonas más afectadas y en lugares de difícil acceso donde están aumentando los casos", y comentan: "Entre finales de agosto y el 9 de septiembre, tratamos a 2.165 pacientes en nuestros centros de apoyo".
Causado por una infección intestinal transmitida por el agua, el cólera se transmite a través de alimentos o agua contaminados, o por contacto con materia fecal o vómitos de personas infectadas. El cólera puede causar diarrea y vómitos graves, y resultar mortal rápidamente, en cuestión de horas, si no se trata. Pero el cólera es muy fácil de tratar: la rehidratación es la clave.
"Un varón adulto estaba inconsciente [a su llegada al centro]. La deshidratación hace que el cuerpo entre en shock. Cuando el cuerpo llega a ese punto al cabo de unos minutos ya es demasiado tarde. Los médicos estuvieron reanimándole, metiéndole litros de líquido en las venas durante unos cinco minutos", recuerda Angela Giacomazzi, coordinadora de recursos humanos en Tanedba, sobre un paciente que afortunadamente sobrevivió. "Su cara y su respiración mostraban mucho pánico".
Sus equipos están instalando puntos de rehidratación oral, transportando agua potable en camiones, construyendo puntos de lavado de manos y letrinas, distribuyendo kits de higiene y haciendo promoción de la salud en las comunidades afectadas.
"En Darfur, donde aún no se ha registrado ningún caso, estamos ayudando a mejorar la capacidad de respuesta"
"La gente está muriendo de cólera ahora mismo; por eso pedimos a la ONU y a las organizaciones internacionales que financien y amplíen las actividades, en particular los servicios de agua y saneamiento, cruciales para detener la letal propagación", subraya Frank Ross Katambula, coordinador médico.
Tras casi 17 meses de desafíos y obstrucciones en torno a la provisión de ayuda humanitaria en Sudán, MSF también hace un llamamiento a las partes enfrentadas para que permitan el acceso sin trabas del personal médico y los suministros a todas las zonas necesitadas de Sudán, con el fin de permitir una respuesta "rápida y coordinada y prevenir muertes evitables".
"Existe el riesgo de que se agoten los suministros esenciales, como los kits de cólera, en un momento en el que es urgente ampliar la respuesta. Pedimos a las autoridades que agilicen y faciliten la entrega de suministros y medicamentos, ya que los obstáculos burocráticos siguen siendo un reto importante", afirma Katambula.