Los estudios que se han difundido son muy preliminares y no tienen en cuenta los efectos perjudiciales de la nicotina y el humo del tabaco en las vías respiratorias de los fumadores y en su sistema inmunitario, consecuencias sobre las que existe evidencia científica abundante. Además, existen investigaciones que demuestran una peor evolución de la COVID-19 en pacientes fumadores y que indican que fumar conlleva un riesgo 133 veces mayor de desarrollar una forma grave de los síntomas que en personas no fumadoras.