En Lisboa se encuentran dos importantes reservas naturales: la Reserva Natural del Estuario del Tejo y la Reserva Natural del Estuario del Sado. Ambas albergan innumerables especies protegidas y paisajes naturales que son dignos de admirar durante un viaje a la región lisboeta.
La Reserva Natural do Estuário do Tejo es la mayor zona húmeda portuguesa, donde residen una gran cantidad de especies. Posee el EVOA (Espacio de Visitación y Observación de Aves), que permite al visitante descubrir diversas aves migratorias que eligen este lugar para resguardarse, alimentarse y reproducirse. Uno de los mayores espectáculos es la observación de flamencos, que llegan en masa a la reserva durante el otoño. También es un área importante para la conservación de algunos peces como la corvina, que elige estas aguas para el desove y el crecimiento de sus crías.
Por su parte, la Reserva Natural do Estuário do Sado está conformada principalmente por llanuras aluviales, pero también por enormes bancos de arena y playas. El murciélago negro o la nutria son algunas de las especies protegidas que habitan en esta zona. Asimismo, la mayor atracción para los visitantes es la posibilidad de realizar un crucero por el estuario y observar a decenas de simpáticos delfines.
En Lisboa también se pueden encontrar numerosos parques naturales, entre los que destacan el Parque Natural da Arrábida y el Parque Forestal de Monsanto.
El Parque Natural da Arrábida a pocos kilómetros de Setúbal, a orillas del océano Atlántico, es, sin duda alguna, uno de los mayores espectáculos naturales de Lisboa. Combina una verde y densa riqueza vegetal con grandes acantilados calizos y aguas de tonalidades azul turquesa, produciendo un gran impacto visual en todo el que lo visita.
El acceso a algunas áreas en la Arrábida está controlado y solo es posible con una visita guiada, ya que el objetivo es mantener intacto el patrimonio natural y preservar las especies protegidas de la zona. También es posible realizar actividades como buceo o escalada.
En plena capital, a solos unos minutos del centro, se encuentra el Parque Forestal de Monsanto, más conocido como “el pulmón de Lisboa”. Casi 1.000 hectáreas de vegetación contribuyen a la renovación de oxígeno de los lisboetas que eligen este parque para realizar todo tipo de actividades. Hay posibilidad de entretenimiento para todo tipo de visitantes: un enorme parque infantil (Alto da Serafina), cuatro miradores para disfrutar de las mejores vistas panorámicas o facilidades deportivas como una pista de atletismo o carriles bici.