La aparición de la mamografía en los años 70, la implantación de los programas de cribado y la llegada de tratamientos más eficaces son algunos de los hitos clave en la historia de la lucha contra el cáncer de mama.
Pese al aumento de la incidencia, también influido por un mayor número de casos detectados gracias a los sistemas de cribado, las tasas de supervivencia se acercan al 90%. Aún con retos pendientes, el cáncer de mama es la muestra que de que la lucha de las personas contra el cáncer y la conciencia social consiguen resultados.
Desde 1960, cuando la enfermedad era vivida desde el desconocimiento, e incluso con vergüenza por parte de las pacientes, se han dado muchos pasos para llegar a la situación actual.
El hecho de que el cáncer de mama sea una enfermedad que afecta en su gran mayoría a mujeres (aunque también afecta a hombres) la convirtió en una causa abanderada por el movimiento femenino. Sobre todo, ante la necesidad de concienciar a las propias mujeres sobre la enfermedad y proporcionarles más conocimiento sobre la misma.
Se han creado proyectos educativos para enseñar a las mujeres a examinarse a sí mismas y defender la necesidad de una mejor atención médica. Asimismo, mujeres conocidas comenzaron a hablar de sus experiencias con el cáncer de mama abiertamente; lo que permitió a muchas otras sentirse más comprendidas ante una enfermedad antes silenciada.
La historia del lazo rosa contra el cáncer de mama
Surge en la década de los 90. La idea original surgió de la mano de Charlotte Hayley, una paciente de cáncer de mama que distribuyó individualmente miles de cintas de color melocotón en su comunidad, para concienciar sobre la importancia de la financiación para la prevención del cáncer. Esta es precisamente la muestra de cómo una persona puede generar un cambio. Este primer gesto llamó la atención de grandes empresas como Estee Lauder y Self Magazine, que consiguieron una mayor difusión del mensaje. Y el mensaje de ese lazo rosa, hizo historia.
El movimiento social acompañó un movimiento científico. Durante estos mismos años se produjeron diferentes hitos que permitieron mejorar la supervivencia en cáncer de mama.
Destacan las mejoras técnicas de visualización temprana de la enfermedad, nuevos métodos quirúrgicos y la implementación de protocolos de medicina de precisión o personalizada, que permiten identificar los mejores tratamientos para cada paciente. Igualmente, los avances tecnológicos en imagen han permitido mejorar el cribado del cáncer de mama, llegando a mujeres más jóvenes.
Identificar y desarrollar tratamientos dirigidos frente a las alteraciones genéticas recurrentes de cáncer de mama ha sido el gran avance de los últimos años. Esto permitió, además, avanzar en el conocimiento de la heterogeneidad del cáncer de mama. Gracias al mismo y a la identificación de diferentes perfiles biológicos, se han logrado desarrollar tratamientos, como los anticuerpos monoclonales, dirigidos a tipos específicos de cáncer de mama, como es el HER2 positivo, hasta entonces de mal pronóstico por su mayor agresividad.
Últimos avances
En los últimos años, también se han comunicado resultados de nuevos fármacos biológicos que, asociados a tratamientos clásicos como la hormonoterapia, mejoran los resultados de estos. La radioterapia, clave también en muchos pacientes, ha logrado reducir su toxicidad y adaptarse a la anatomía del paciente; lo que ha resultado en una mejora de la calidad de vida. Por último, más recientemente, la inmunoterapia también ha demostrado beneficio en algunos subgrupos de pacientes con cáncer de mama.
Todo ello ha ido unido a visibilizar las necesidades de las pacientes, que también se han centrado en la conseguir el incremento de cirugías conservadoras y menor intervención sobre la axila; evitando complicaciones y mejorando la calidad de vida de las pacientes y su percepción sobre sí mismas.
Saca pecho por todas aquellas mujeres que se enfrentan al cáncer de mama
Han sido muchos los avances y los logros alcanzados; aún quedan retos pendientes. Entre ellos, avanzar en las resistencias de los tumores a los tratamientos, o reducir el alto coste que supone la enfermedad para la persona que enfrenta el cáncer y sus familiares. Según el estudio presentado por la AECC, Toxicidad financiera del cáncer de mama, las familias con un paciente de este tipo de cáncer tienen unos gastos de promedio de 42.000 euros. Una situación que se agrava como consecuencia de la pandemia provocada por la COVID-19: el 50% de las pacientes han perdido casi todos sus ingresos y hasta casi el 30% de los hogares viven una situación económica severa.
Por eso, con motivo del Día Mundial Contra el Cáncer de Mama, que cada año tiene lugar el 19 de octubre, la Asociación Española Contra el Cáncer pone en marcha la campaña “Saca pecho por ellas”. Esta campaña pretende retomar aquel movimiento de mujeres de los años 70 del siglo pasado para que, ahora, más que nunca, se apoye a las mujeres con cáncer de mama y sepan que no están solas porque hay miles de personas a su lado.
La AECC quiere que las redes sociales sean el escenario donde se muestre el apoyo social a todas estas mujeres con un simple gesto: una foto, con la mano en el pecho y el hashtag #sacapecho. Además, quienes quieran sumarse a la campaña “Saca pecho por ellas”, también podrán encontrar los productos solidarios en la tienda online de la AECC.
Todo el dinero recaudado a través de la venta de estos artículos solidarios estará dirigido a fomentar la investigación en cáncer de mama, así como a programas de atención psicológica y social para pacientes y familiares afectados por la patología.