Pese a que no sabemos su origen, todas las personas que la sufren coinciden en que se trata de una dolencia muy difícil de llevar. Si la urticaria crónica llegó a tu vida sin avisar, sigue leyendo…
Cuando la vida cotidiana se ve alterada por este tipo de dolencias, no sólo nos provoca angustia, sino una desestabilización emocional palpable, lo que también afecta a nuestras horas de sueño.
Y es que la urticaria nos lleva a episodios de estrés que pueden llegar a ser severos, algo que afecta a una de cada cinco personas a lo largo de su vida, lo que la sitúa entre una de las enfermedades más probables de padecer.
A pesar de que la evolución puede variar de una persona a otra, las pápulas son algo por lo que, casi inevitablemente, debemos de pasar, apareciendo y reapareciendo en lugares diferentes sin un patrón asumible.
Pese a que su origen no está definido, se le atribuye un componente alérgico en el caso de la urticaria aguda, llamada también UCE, es decir, una patología que evoluciona por brotes que se pueden llegar a prolongar incluso más de dos semanas.
Cabe recordar que las mujeres suelen estar más expuestas, al igual que las personas de entre 20 y 40 años, que son las más afectadas.
A tener en cuenta
- Ten cuidado con la exposición al frío
- Así como con el calor excesivo, ya que también puede provocar u agravar la urticaria
- Un esfuerzo físico desmedido
- La presión que ejercemos sobre la piel
- Un síndrome infeccioso
- Toma de ciertos medicamentos (sobre todo, antiinflamatorios)
- Algunas enfermedades que afectan a la urticaria: virales, bacterianas, parásitos, anomalía de la tiroides, de la función hepática…