Durante las pasadas navidades Stephen Brown decidió gastar algunas bromillas telefónicas: dos llamadas a emergencias en su país diciendo que había dos hombres amenazándole de muerte.
Amenazas en su propio domicilio para, momentos después, llamar diciendo que era Nicki Minaj y que había un fantasma en su casa.
Como parece que no era la primera vez que lo hacía, le han sentenciado a pasar cuatro meses en la cárcel, ya que con sus llamadas pone en riesgo la seguridad de otros ciudadanos.
¡No juguéis con fuego!